tag:blogger.com,1999:blog-86109841863416530952024-03-13T08:28:01.270-05:00psique ψύχω psychoUnknownnoreply@blogger.comBlogger8125tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-85946797577852649822012-03-23T11:50:00.001-05:002012-03-23T11:56:06.385-05:00<div style="text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-P9k_1yXvZqA/T2yqtfGdxvI/AAAAAAAABJ8/GfYYs7BKGuo/s1600/enfermo.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-P9k_1yXvZqA/T2yqtfGdxvI/AAAAAAAABJ8/GfYYs7BKGuo/s1600/enfermo.png" /></a><b><span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El Deseo de Enfermar</span></b></div>
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por</div>
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Fernando Calle valencia</div>
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psicoanalista</div>
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3127216822</div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;">“Los enfermos ignoran por completo </span></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;">que su enfermedad obedece a un propósito”</span></div>
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K.Stephen</div>
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Nos han enseñado que la enfermedad psíquica o corporal es un acontecimiento que obedece a ciertas causas o agentes, que la enfermedad hay que intervenirla para que deje de afectar o tener efecto de estrago sobre el enfermo, sobre el núcleo familiar que resulta también perturbado, y que dicha causalidad es ajena al implicado, es decir que el enfermo es una víctima pasiva a la cual hay que ayudar, socorrer o como mínimo, prestarle una asistencia, bien para no abandonarle a su suerte, evitándole el sufrimiento o, en el mejor de los casos, ofrecerle un método, una pócima para su curación. Se sigue viendo la enfermedad como “algo que cae”: “le cayó la gota, la diabetes…” No nos diferenciamos mucho en estos tiempos tan modernos de los antiguos: las enfermedades eran castigos y hoy lo siguen siendo.</div>
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De lo que no nos damos cuenta psiquiatras, médicos, psicólogos, es que en toda enfermedad interviene lo psíquico, intervención que desde el psicoanálisis llamamos implicación subjetiva del afectado o más exactamente lo que podemos nombrar como deseo de enfermar.</div>
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Habrá de tomarse en cuenta que el deseo es fundamentalmente inconsciente y que tiende a realizarse restableciendo las leyes del proceso primario, los signos ligados a las primeras experiencias de satisfacción (Laplanche y Pontalis, 1964). Lo que nos da a entender que no se trata de lo que nombramos de forma corriente como deseo, confundiéndolo con lo que se quiere. Se trata de lo que se constituye como una especie de engrama que se activa según las leyes del desplazamiento y la condensación, la figurabilidad y el principio de displacer placer, leyes fundamentales del proceso primario y, al reactivar los signos que acompañaron la satisfacción más temprana en la vida del sujeto: la imagen del objeto, la huella de la satisfacción temprana y la imagen motriz del movimiento. De tal modo cuando hablamos del deseo de enfermarse, estamos nombrando un proceso que actualiza una forma específica de articular la demanda ligada al deseo, en tanto todo deseo conlleva una demanda, siendo ésta una demanda de afecto, dirigida de forma necesaria a un objeto, sea este primario o subrogado del objeto arcaico.</div>
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Dicha demanda, como ya se habrá advertido, está ligada a los signos que acompañaron una satisfacción primera, signos que no necesariamente tienen que ser del orden positivo, están articulados a los matices que pueden ordenarse alrededor del encuentro con el objeto, dependiendo muchas veces del estado afectivo de aquel: si la madre siente al niño como un estorbo, como un bien que la plenifica, si constituye una amenaza para sus aspiraciones y propósitos, entre otros, y en qué medida también puede haber una inclinación del neonato a confundirse con el objeto o a aquel a confundirse con el niño. Sin embargo, no hemos de dejar de lado el hecho vivencial, de cómo el niño siente la satisfacción y cómo asimila la relación con el objeto que la propicia.</div>
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De este modo podemos nombrar la enfermedad como una interpelación a otro de la infancia o su remplazo, el cual es sentido como insuficiente, como quien ha impuesto una serie de privaciones, restricciones que con su huella negativa o traumática indeleble se reproducen con efectos igualmente adversos, en este caso sobre la salud somática y psíquica. Es decir, los resentimientos infantiles tempranos van a tender a reaparecer en la vida posterior de diferentes maneras: comportamientos atrabiliarios, actitudes destructivas y antisociales, como también pueden retornar en una vuelta contra sí mismo en la enfermedad psíquica o somática. Definiríamos así a las enfermedades como un mal en cuerpo extraño, esto es, un mal que se desea ocasionar a alguien, resulta el sujeto sufriéndolo en carne propia.</div>
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Resentimiento que puede constituirse en causa y razón de la existencia, en cuanto el sujeto vivirá para cobrarse el mal de que se cree haber sido víctima y donde el fracaso de la salud resulta siendo el triunfo sobre el objeto, medico, medicamento o especialista, el sistema de salud. No es más que la dinámica que se genera al interior del sujeto, quien no pudiendo triunfar en la vida, lo hace como una inversión o transformación en lo contrario : el deseo de triunfo aparece como un empuje al fracaso, empuje que parece más potente en tanto más fuerte pueda ser el deseo de triunfar.</div>
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Esto viéndolo desde lo manifiesto, pero mirándolo desde el fondo de la realidad psíquica, sería lo contrario: el fracaso como un triunfo, el cual, visto desde el superyó, no es más que la demostración de la insuficiencia de un yo que creyéndose omnipotente, juzgó que podía dominar toda circunstancia y negando la castración se había declarado omnipotente. Visto desde la relación objetal, es el triunfo sobre el objeto al cual se le ha declarado insuficiente, siendo el fracaso una demostración de que no ha ofrecido lo bastante como para que aquel, el sujeto, pueda triunfar. La enfermedad o mejor, el fracaso en la salud, sería en parte, ese reproche hecho síntoma, esa insuficiencia confirmada y constatable en la dolencia y sus respectivas manifestaciones.</div>
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Sin embargo, no podemos dejar de lado que algunas dolencias también están atravesadas por la demanda sexual dicha en propiedad, donde el sujeto produce una enfermedad como una sustitución de una relación sexual prohibida y donde la demanda que encarna la misma, encaja muy bien en el contexto de la relación con el médico o terapeuta, como sustitutos de los objetos infantiles, donde la demanda de afecto, de atención, de escucha queda rápidamente discernible. En estos casos el sujeto reconoce su demanda y busca la ayuda pertinente. A pesar de ello no quiere decir que el daño que el sujeto se produce no involucre la dinámica arriba planteada, pues aunque lo sexual aparezca en un primer plano, esto se halla en lugar de la causa “visible”, mientras cubre un mensaje para el objeto: “me hace daño al no satisfacerme, si me diera placer no estaría padeciendo este dolor, esta gripa recurrente, esta migraña insoportable…sufro por su causa, sufra conmigo” en una dirección, porque en otra sería: “le hago sufrir en mí, el tenerme insatisfecho”. </div>
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No se puede desestimar la “buena conciencia”, las intenciones positivas, los propósitos irreprochables de quienes buscando hacer el bien resultan al vaivén de los designios del inconsciente y terminan justificados en intereses externos. Intereses que además se ven evidenciados por la causa humanitaria, los fines altruistas de sus acciones.</div>
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Que las facultades de medicina forman médicos para suplir las demandas en salud de la sociedad, eso es incuestionable; que los médicos se forman sólo para beneficiar a los usuarios de sus servicios, o que lo enfermos buscan curarse, como mínimo mejorar su estado de salud en deterioro, eh ahí nuestra posición problematizadora, pues del mismo modo que el medico puede desviar el sentido de su práctica, el llamado paciente puede torcer el fin de su demanda. Tanto el uno como el otro se ven supeditados a la realidad inconsciente y pueden terminar entrampados en el juego de oferta y demanda, desde el punto de vista económico, esto es, se distorsiona, en la lógica capitalista el sentido de la práctica médica, convirtiéndose en una mercancía que se ofrece al mejor postor, mientras el paciente entrará en la lógica de la denuncia, donde su cuerpo y su sufrimiento en general, resultan ser los medios para “hablar” de lo que no funciona, pone la enfermedad y sus síntomas, muchas veces, como vivo testimonio de lo que no marcha del estamento médico y del sistema de salud en general.</div>
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Así las cosas, la enfermedad y su recalcitrancia, la refracción a los tratamientos, pueden resultar siendo la “voz de protesta” del paciente que antes que curarse quiere declarar en contra de la perversión de la medicina, los procedimientos médicos y la manipulación de las casas farmacéuticas, las aseguradoras en salud, entre otras. Con la desventaja que no se da cuenta del juego en que se ha metido y sacrifica su bienestar para mantener vigente una apuesta que de otro modo, tendría todo el sentido. Se sacrifica para quedar sumido en un imposible: hacer reaccionar a quienes le toman como un “caso” complicado.</div>
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Es de aclarar que no solo la “denuncia” da forma a la enfermedad de muchos pacientes y al deseo, antes que de curar de estar y permanecer enfermos, pues cada formación sintomática, como lo propone Freud tiene su asiento en lo que él llamó la multi-determinación de lo inconsciente, donde unos deseos se camuflan en otros, algunos se hacen representar en aquellos que pudieran tener mayor potencia sumándole su fuerza, mientras habrán los que delegan su cometido.</div>
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El deseo de enfermar así como el deseo de morir es, sin lugar a dudas, también una forma de ubicarse el sujeto frente a lo que significa la existencia: ir por la vida como un enfermo y creer que así se resuelve la posición frente al otro, la sociedad, la existencia.</div>
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Morir es una manera extrema de situarse frente a la existencia, es la declaración de soberanía acerca de lo que significa existir y sobrellevar lo que para muchos es una carga insoportable. El cometido de la medicina es preservar la vida y hacer todo lo que este a su alcance para mejorarla, es una posición ética loable, pero ¿Cuántas veces es más ético dejar morir al sujeto, sobre todo cuando aquel muestra a las claras que no quiere seguir viviendo o que prolongar la vida puede ser una tortura para él? ¿se pregunta el médico o el sistema de salud por el deseo del llamado enfermo por querer estar bien, por querer vivir? ¿Cuántas veces el sujeto que escapa a la enfermedad se precipita a una muerte trágica, por agresión o por algún accidente? </div>
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Ser el enfermo crónico, por otro lado, el desahuciado, el reincidente, el desvalido es una elección inconsciente, así como lo es ser el frustrado, el pobrecito, el incapaz, el de malas en la vida. Cualquiera de esas posiciones es una manera de ubicarse en el contexto, le ofrece al sujeto, como propone Karin Stephen, “un modos vivendi que marcha aunque costosamente” (1960). Lo que quiere decir que el sujeto no tendría intenciones más que mejorar en sus síntomas y curarse de su dolencia y para ello hace procesos terapéuticos, visita médicos y especialistas, se aplica en los regímenes alimentarios que se le proponen, pero otra cosa es lo que dicta su propia realidad interior, la del deseo ¿Qué terapia podrá mejorar al que no lo desea? ¿Qué recursos familiares o públicos alcanzarán para tratarlo? Desde allí, necesita los síntomas por factores variables y que se conjugan entre sí: la ganancia primaria y secundaria de la enfermedad, la culpabilidad y la demanda inconsciente de castigo, las identificaciones, las deudas familiares y quizá sociales (si los demás sufren yo no tengo derecho a estar mejor que ellos), los aspectos sexuales reprimidos de exhibicionismo por ejemplo, entre otros.</div>
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Entonces curarse o, mínimamente mejorar, en sus formaciones sintomáticas va a resultar un factor más que positivo, adverso al equilibrio que cree el sujeto haber conquistado con la enfermedad, de ese modo curarlo es exponerlo a una crisis, quizá irremediable o irreversible.</div>
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Así nos dice Stephen, “es completamente cierto que los pacientes neuróticos luchan con todo su poder para conservar sus síntomas” (1960, p13). De tal manera que enfermarse es más que una elección inconsciente, una salida menos dramática frente a un conflicto mal resuelto, en tanto le enfermedad se constituye en un mal menor, en relación a lo que podría sobrevenir si el sujeto no se acogiera a ella, en términos jurídicos es un mal arreglo, mejor que un buen pleito, mucho más cuando el sujeto sabe que perdería el pleito con esa parte interna que le amenaza con aniquilarle, si no se sometiera, parte que es como si le permitiera vivir pero pagando el tributo de la enfermedad. </div>
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Esta realidad psíquica nos advierte de la necesidad de articular a los tratamientos médicos, procesos terapéuticos psicológicos para que en realidad tengan eficacia, pues de otro modo se cae en la concepción mecanicista de la intervención médica. Pensar que solo se hace la operación, recetar o aplicar el tratamiento o realizar la técnica para que eso haga efecto, sin tomar en cuenta lo que se puede estar dando en lo inconsciente, es caer en la fenomenología somatosa de un sufrimiento que es más profundo, es quedarse en un asistencialismo cómplice de la destructividad propia que se moviliza en cada paciente. Sin querer decir que ha de forzarse al paciente a despertar el deseo de curarse, más bien es proponer que si se abre la mente a lo que del deseo pueda estar articulado al padecimiento del semejante, se abren nuevas posibilidades, porque es mas o menos como lo que nos propone Luis Chiozza: “Para ver no basta con mirar. Solo podemos ver cuando tenemos una idea de lo que busca la mirada”. (2005). </div>
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En este último sentido viene a ponerse en juego la ética del médico, el terapeuta y todo aquel que hace intervenciones en salud, ya que es bajo la condición del reconocimiento de la subjetividad o realidad inconsciente en sí mismo que puede darle importancia a la misma en sus consultantes. En otros términos, en la medida que el sujeto reconoce su deseo inconsciente, puede advertir en el semejante su operancia y por ende, darle cabida a su manifestación; si por el contrario se trata al paciente como un aparato que solo puede ser intervenido con sustancias, intercedido por procedimientos quirúrgicos, se le reduce a un mecanismo desarticulado de su propia vivencia y experiencia vital, es como arrancársele de lo que constituye como ser de sentido y de lenguaje.</div>
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Procediendo en consecuencia con el deseo el médico o el profesional en salud no están ya comprometiendo su posición en relación con el paciente y condicionándola por tanto, se trata de reconocer el deseo de enfermar del paciente y poder ofrecerle la mejor alternativa: algo de escucha, remitirle a quien pueda tratar su deseo, interrogarle y quizá confrontarle en su “necesidad” de enfermar o mantener la enfermedad. </div>
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Pensar en ello es advertir la posibilidad de que también el medico se entere de que puede anticipar qué tipo de paciente tiene al frente para que su efectividad sea superior y para ello requiere adentrarse en su historia personal, no solo en su prontuario médico, aunque este puede ser un instrumento que le permita ubicar aspectos para apuntalar el diagnóstico y establecer el pronóstico más apropiado para el caso.</div>
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Por otro lado, hay que pensar en las intenciones del médico o terapeuta, puede que sean muy buenas, al punto que se esmere en extremo por hacer el bien, llevándole a la situación desesperada o ansiosa de curar a toda costa u ofrecer las facultades terapéuticas propias, el cuidado desmedido con la salud de los demás, lo que hablará en realidad en el sentido inconsciente de la represión del deseo de enfermar, esta vez a los demás para que le demanden la ayuda y así ser más reconocido en sus virtudes, vive de las miserias ajenas y es gracias a ellas que puede sentirse exaltado. Le pasa aquí al sujeto como a la Madre Teresa de Calcuta, quien decía: “el SIDA no es un castigo de dios, quizá es un regalo, ya que nos permite darles amor y compasión a esos seres a los que todo el mundo rechaza” . Allí el deseo es el de enfermar a los otros y la enfermedad como una bendición para quienes necesitan a los enfermos para mostrar su compasión, por un lado, por otro demostrar que ellos, plenos de amor van a hacer el bien a unos “pobres seres”, ello no es más que pura vanidad, pretendida bondad que disfraza un afán de verse y sentirse superior.</div>
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Se diferencia ese matiz, del deseo cínico de enfermar a los otros para sostener un mercado de servicios de salud, pues es solo por la enfermedad que se hacen imprescindibles en una sociedad donde el sujeto no se hace cargo de su salud, mucho menos responsable de las condiciones del autocuidado. En estos casos el médico o el terapeuta son cómplices y a la vez intermediarios del sistema que reparte enfermedad y se nutre de ella. Es corriente oír decir a quienes adosados a los sistemas llamados de salud , médicos que dicen estar muy al corriente de las corruptelas de las mismas entidades para las que trabajan, que cómo van a decir algo, cómo van a denunciar si viven de la institución, que cómo van a protestar por los abusos si esa es la entidad que les da de comer.</div>
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Cabe incluir aquí a los sujetos que muy preocupados por su salud, los llamados hipocondriacos, se dan al cuidado desmedido, se entregan a la ortorexia, la misma anorexia, en el intento de mantener el mejor estado posible, pero en el fondo no es más que una tendencia a dañar el cuerpo que confunden con el de otro, otro edípico, es decir el cuerpo del padre o de la madre, quizá el cuerpo acoplado de los progenitores representado en el propio. En realidad tantos cuidados con el cuerpo suyo es una defensa contra el deseo de hacerle daño al cuerpo que confunden con el de ellos mismos. Es una lógica de la confusión donde el sujeto excede las atenciones y cuidados del cuerpo propio, del mismo modo que el obsesivo excede los cuidados en el trato con los demás, con la diferencia que aquí se ve al sí mismo como si fueran los otros.</div>
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Esto último implica que la libido que el hipocondriaco centra en el cuerpo, de un modo tal que le impide dejarlo funcionar, es en realidad la libido que centra en los padres de la infancia, en su deseo edípico intenta mantenerlos unidos en su cuerpo, pero de igual manera intenta mantenerlos invulnerables a lo que tanto teme: la enfermedad, el daño o, peor, el aniquilamiento. Se podrá notar la responsabilidad que el sujeto se echa encima en aquella posición, pero en realidad los cuida es de sus tendencias destructivas, de separarlos y aun, de matarlos. </div>
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Igual que se puede cuestionar el deseo del aparato médico, del médico y el terapeuta en general, también cabe preguntarse por el deseo del analista, quien se supone que ha logrado ser consciente con una ética consonante con su práctica, sin embargo, hemos de decir que se trata, en el sentido de la cura del no deseo, tal y como lo propone Jacques Lacan , es decir, en la medida que el analista sabe cómo funciona el psiquismo de sus coanalizantes, no se inscribe en lo que constituye el deseo de aquellos, pues se trata de trabajar sin ansiedad en la búsqueda de una verdad, la verdad que permite desvelar el proceso analítico, la cual redunda en la ubicación de los móviles inconscientes que sostienen la enfermedad. Dichos móviles tienen que ver con la forma cómo se articuló el deseo en los coanalizantes, entonces el analista ha de dejar de lado su deseo para que emerja el deseo en aquellos, de otro modo sería buscar que aquellos se identifiquen con su posición, sería ponerse como el modelo a seguir por parte de quien entra a su consulta. </div>
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De lo que se trata allí en cualquier proceso analítico es de generar las condiciones para que el coanalizante pueda ir encontrándose con su deseo más íntimo o genuino, desbrozándolo de la rúbrica del fantasma y dándole la forma más conveniente a lo que constituye su legitima posición en la existencia, con relación a los demás, así mismo, a las instituciones, la cultura.</div>
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A pesar de ello no cabe duda que hay un móvil fundamental que opera como deseo del analista, un algo que lo empuja a buscar replicar con sus coanalizantes aquello que recibió por vía del análisis personal, lo cual cabe definirse como la búsqueda denodada de la verdad , donde los intereses personales, las aspiraciones narcisistas, los impulsos más propios son suspendidos para dar vigencia a lo que convoca la tarea del análisis. En términos generales el analista se borra como sujeto deseante para que emerja la flor del deseo del coanalizante.</div>
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<br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-20972980683635444812011-03-30T16:32:00.000-05:002011-03-30T16:32:11.208-05:00Los jóvenes en estado de Desplazamiento en Colombia<!--[if gte mso 9]><xml> <o:OfficeDocumentSettings> <o:AllowPNG/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:TrackMoves/> <w:TrackFormatting/> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:PunctuationKerning/> <w:ValidateAgainstSchemas/> <w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:DoNotPromoteQF/> <w:LidThemeOther>FR</w:LidThemeOther> <w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:LidThemeComplexScript>AR-SA</w:LidThemeComplexScript> <w:Compatibility> <w:BreakWrappedTables/> <w:SnapToGridInCell/> <w:WrapTextWithPunct/> <w:UseAsianBreakRules/> <w:DontGrowAutofit/> <w:SplitPgBreakAndParaMark/> <w:DontVertAlignCellWithSp/> <w:DontBreakConstrainedForcedTables/> <w:DontVertAlignInTxbx/> <w:Word11KerningPairs/> <w:CachedColBalance/> </w:Compatibility> <m:mathPr> <m:mathFont m:val="Cambria Math"/> <m:brkBin m:val="before"/> <m:brkBinSub m:val="--> <m:smallfrac m:val="off"> <m:dispdef> <m:lmargin m:val="0"> <m:rmargin m:val="0"> <m:defjc m:val="centerGroup"> <m:wrapindent m:val="1440"> <m:intlim m:val="subSup"> <m:narylim m:val="undOvr"> </m:narylim></m:intlim> </m:wrapindent><!--[endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/-BSVfI6I0YnU/TZOgmqF-vdI/AAAAAAAABJ4/pKctlVKx7SY/s1600/desplazados.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://1.bp.blogspot.com/-BSVfI6I0YnU/TZOgmqF-vdI/AAAAAAAABJ4/pKctlVKx7SY/s400/desplazados.jpg" width="400" /></a></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><span style="font-size: large;"><b><span lang="ES">Los jóvenes en estado de Desplazamiento en Colombia</span></b></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><i><span lang="ES">Por Fernando Calle valencia</span></i></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;"><i><span lang="ES">Psicoanalista</span></i></div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">El sujeto en estado de desplazamiento forzado se ve sometido a una situación de duelo, pues este estado no solo lo tiene que enfrentar quien pierde a un ser querido. Freud propone que el estado de duelo lo enfrenta también quien ha perdido la patria y sus ideales. Dentro del concepto de patria cabe también el de territorio, nación o ciudad.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">Los jóvenes, en especial adolescentes en estado de desplazamiento forzado, se hacen más vulnerables, en tanto se ven enfrentados a un duelo más que se suma a los ya inherentes a su condición y edad: la perdida de la condición psicológica de niño/a, la pérdida de un cuerpo infantil y por supuesto la pérdida de la identidad de sujeto dependiente.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">Y, qué decir cuando la situación del adolescente esta en plena efervescencia de la elaboración de aquellos duelos, los que según ArmindaAberastury tienen que asumir tres duelos fundamentales: 1) el duelo por el cuerpo infantil; 2) por la identidad y el rol infantil, 3)por los padres de la infancia. Lo que nos permite entender que además del los duelos por la pérdida del territorio, el rol del<span> </span>medio social originario y muchas veces, el o los parientes o algún otro ser querido que por la misma violencia hayan perdido, se le suma esos duelos fundamentales. Entonces, ¿si no se han siquiera elaborado duelos fundamentales cómo tener la fortaleza para enfrentar los nuevos duelos?</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">Se juega, por otro lado, en todo desplazamiento forzado una situación muy similar a la que se presenta en el duelo por desaparición, en el sentido que en este último caso se sigue acariciando la esperanza de que el desaparecido puede aparecer en cualquier momento, y se cultiva la expectativa de verle vivo una vez mas o al menos de tener noticias que nos confirmen su supervivencia, lo que conduce a una cierta imposibilidad de elaboración del duelo, pues el dolor de su pérdida no aparece sino el dolor de la incertidumbre, de lo que podrá haber pasado con el mismo: si se le declara muerto no hay evidencias de que realmente haya fenecido, si se le declara vivo, todo apunta a que no se le tiene y tampoco hay indicios de que pueda regresar y algo activa la esperanza. En el caso del desplazado no hay tanta certeza de recuperar el territorio o el lugar perdido, sin embargo la esperanza de recuperarlo se aviva en la medida que crece el aferramiento y el deseo de recuperar las posiciones y condiciones que se facilitaban en aquel entorno. Porque perder el territorio o lugar de residencia no es solo eso, es todo lo que implica cambiar la mayoría de veces, como es el caso de cambio de oficio, de contexto social, de estatus o posición socioeconómica, de medidas adaptativas, pues las viejas no funcionan en un nuevo contexto, o pueden funcionar, pero requieren adaptaciones, reajustes. Lo que también nos habla de una situación de inestabilidad emocional debida a las condiciones de irresolución de sus circunstancias, la que se prolonga hasta desatar estados de ansiedad y angustia que rayan en el desespero y la rabia en medio de la impotencia.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">La vulnerabilidad y riesgo psicológico para el joven y la joven en estado de desplazamiento forzado es variable y depende de tres factores psíquicos esenciales:</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">-<span> </span>La elaboración de los duelos fundamentales, es decir, los duelos del vientre, del pecho y en general de las perdidas tempranas, pues de no estar suficientemente elaborados operan como traumas psíquicos que adquieren efectos regresivos sobre la vida psíquica, donde la situación actual retrotrae a la anterior, revive, por ejemplo, el haberse sentido expulsado del vientre y con ello la pelea intra-psiquica que originó el resentimiento contra la madre: “desterrados hijos de Eva, gimiendo y llorando en este valle de lagrimas” reza la oración católica, si se trata del paraíso perdido, todos fuimos alguna vez “expulsados”. Pero como y cuanto anhelamos volver a el es lo decisivo. Uno puede sustituir con relación a la tierra la relación con la madre perdida de la infancia, -pacha mamá le decían nuestros ancestros muiscas- y así darle continuidad a la relación con aquella. Con esto último estamos diciendo también que cada uno puede encontrar unos sustitutos de los objetos perdidos fundamentales y sosegarse con ellos, pero una vez los pierde se reanuda el duelo y se abre de nuevo la herida de la falta, todo lo que pudo haber sido taponado por el hallazgo del objeto sustituto, vuelve como “alma en pena”. De otro lado, el desprendimiento o no de los objetos también depende de la viscosidad o la plasticidad de la libido, esto es, que tanto se fija la energía psíquica y que tanto y con que facilidad abandona sus formas alcanzadas de satisfacción, así como los objetos que han facilitado, o a través de los cuales se han obtenido las posibles satisfacciones.<span> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES"><span> </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">-<span> </span>El arraigo emocional, esto es, que tan identificado hemos estado con los objetos amorosos, cómo y en que medida acepto a mi familia, porque cuando uno se cree hijo de una mejor familia, cree tener derecho a agredir a la propia y aun a exterminarla y entonces se une a los grupos de opresión y de exterminio para cobrar en otros lo que cree le ha hecho a uno la familia, para cobrarle a la sociedad los desafueros de que uno se sintió objeto en la familia originaria. Pero también qué tan identificado genuinamente estoy con mi cuerpo, mi pueblo de origen, mi terruño, porque alguien que no ha visto nada positivo en los suyos, en los sitios donde nació y creció, donde quiera que vaya no encontrara sosiego a su anhelo de retorno, no estará cómodo en ningún lado. Con esto estamos proponiendo que la fortaleza emocional para enfrentar las perdidas y elaborar los duelos depende de cómo hallamos asimilado, interiorizado los objetos tempranos.<span> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">-<span> </span>Que tanto huye uno de sí mismo, esto es, qué tanto tiene que defenderse de la verdad que brota como lo mas genuino del deseo individual, para entonces acogerse a una institución que nos diga qué camino coger, que aunque solo sea demagógica ofrezca una verdad vicaria, aunque sea vana, sobre si mismo, para no tener que pensarse y hacerse responsable de los rumbos del destino propio. El joven en condiciones socioeconómicas precarias aquí, tiene un talón de Aquiles, pues necesita darle rumbo a la vida en un medio como el nuestro que le ofrece desempleo, miseria económica, segregación social, bala o garrote a su inconformismo y además lo señala como “peligroso”. Es decir, un medio que pone sobre sus hombros todo el peso “persecutorio” del sistema de injusticia e inequidad, lo que crea las condiciones, para que (quien huye de si mismo) se acoja a cualquier propuesta que le ponga en sus manos alguna cuota, así sea mínima de poder, pues “hay que defenderse”. En este ultimo sentido hacer parte del conflicto puede ser más promisorio y garante al menos de escapar a quedar librado<span> </span>a cualquier peligro interno (en tanto el mundo interno se constituye allí en un peligro terrorífico)<span> </span>o externo.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">Lo que hacemos aquí es presentar algunos hechos de la vida psíquica que nos resultan relevantes a la hora de abordar esta problemática social. Así como se dan estos tipos de tendencias en cada uno de los y las jóvenes en situación o no de desplazamiento forzado, se pueden combinar u operar aleatoriamente con mayor fuerza la una sobre la otra para producir unos efectos determinados, los que resultan variables en y para cada caso. Así como las condiciones internas, esto es, estructurales empujan a muchos a actuar, a otros les avienta por la cuesta bajo del sufrimiento psíquico, el mismo que estará dado por los duelos fundamentales elaborados o no, la sensación de desarraigo interior, la huida de si mismo . Con esto estamos diciendo que es notoria la variabilidad de actitudes o posiciones que el sujeto asuma frente a una realidad, en especial del orden adverso, posiciones que varían de individuo a individuo y aun dentro del mismo, posiciones que tienen que ver con las tendencias estructurales, las que son del orden inconsciente. Así, en el abordaje de las poblaciones desplazadas, hemos encontrado tres tendencias que se dan en los diferentes grupos etareos, esto es, que se presentan indiferente de la edad:</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">a)<span> </span>La posición reparadora, dada por diversos elementos, en especial, el intento por reconstruir en el nuevo medio geográfico y social los elementos perdidos: integrarse a los grupos del medio si hay una posición interna socializada, situarse cerca de un rio o una corriente de agua si se procede de zonas con gran riqueza hídrica, derivando en producciones artísticas representaciones del mundo perdido, rescatando tradiciones y costumbres del pueblo o la región perdida.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">b)<span> </span>La posición resignada de quien sabe que ha perdido algo importante para su vida y su identidad y espera recobrarlo algún día, pero sin dejar de responder a las exigencias de la nueva realidad. Aquí el sujeto se ubica en la posición de quien “sufre con paciencia” guardando la esperanza de que las cosas puedan mejorar.<span> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">c)<span> </span>El estado de duelo que puede ser un estado permanente o predominante de depresión, donde el dolor de la pérdida es tan fuerte que no parece dejar espacios para otras cosas, se absorbe la energía psíquica disponible. Como lo propone Freud en Duelo y Melancolía, hay una pérdida del interés por el mundo exterior, pues la elaboración de la perdida<span> </span>exige la energía disponible, se pierde la capacidad de amar, un estado afectivo profundamente doloroso, la inhibición de todas las funciones y en muchos casos toma el carácter melancólico, pues se agrega a lo anterior una disminución notoria del amor propio, lo cual se deriva en auto reproches, desprecio por si mismo y hasta un deseo potente de morirse. Pero ¿qué decir de quienes entran en crisis somáticas, esto es, desatan enfermedades crónicas, salen de una enfermedad para entrar en otra?<span> </span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">Con todo ello estamos diciendo que así como hay quienes se adaptan con facilidad a los cambios que implica un desplazamiento forzado y todas sus implicaciones hay quienes requieren, como mínimo, una asistencia psicológica y que la sociedad requiere implementar mecanismos de protección y promoción de las condiciones que facilitan la estabilidad emocional, de prevención del deterioro ya de por si en avance en que se encuentra este tipo de población, de atención terapéutica para quienes ya están en crisis, están entrando en ella o quieran anticiparse a las que pudieran desatarse, pues es de todos sabido que es una población en riesgo psíquico y somático, en tanto es mas proclive a desatar estados de angustia y desespero, de reacciones somáticas como forma de expresión de las angustias psíquicas; en situación de riesgo social en tanto puede ser más susceptible de ser cooptado por grupos al margen de la ley o dentro de la ley, a tomar medidas de choque no pensadas que pueden terminar en tragedia, mucho mas los y las adolescentes, quienes tienden a actuar y no a pensar para actuar, pues lo que predomina es la huida de la realidad objetiva a través del la fantasía, el refugio en el mundo interno o la huida hacia la realidad concreta, como lo señalábamos arriba.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">En cuanto a la prevención, es trabajar por difundir entre dicha población el postulado de cómo sin darse cuenta tienen en su mundo interior fuerzas que actúan en su contra, de sus aspiraciones, propósitos e ideales. Que mucho de lo que enfrentan como ansiedad, desespero, angustia, enfermedades somáticas, entre otras, son expresiones de conflictos ya instalados en el mundo interno que se han visto exacerbados por las circunstancias externas.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">En cuanto a la protección y la promoción se requiere la implementación de espacios terapéuticos grupales e individuales que permitan, en primer lugar, expresar el malestar, en segundo descifrar y analizar los móviles inconscientes que sostienen y promueven dicho malestar, en tercer lugar elaborar los traumas y demás aspectos que se movilicen en el proceso de intervención. En cuarto lugar, desactivar, en lo posible, aspectos psicopatológicos instaurados o que se fuesen a despertar posteriormente. Esto es de igual manera valido para la intervención, pues promover es llevar a mayores niveles, en este caso de la salud psíquica, aunque se puede proteger y promover también desde otros ángulos como la mayor inclusión social, las artes, la educación, entre otros.<span> </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif; text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><b><span lang="ES">Referencias bibliográficas:</span></b></span></div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">FREUD, Sigmund. (1984)<span> </span>Duelo y Melancolía en obras completas. Barcelona: bilioteca nueva. </span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">ROSENTAL,<span> </span>Gela ; KNOBEL,<span> </span>Mauricio (1993)<span> </span>El Pensamiento En El Adolescente Y En El Adolecente Psicopático buenos aires: paidos.<span> </span></span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: small;"><span lang="ES">YAMPEY, Nasim.(1981) Psicoanálisis y Cultura. Buenos aires: Paidós.</span></span></div><div style="text-align: justify;"> </div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES"><span style="font-size: small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">ZULUAGA, Beatriz. et, al (2000) La desaparición su lógica y sus consecuencias. Medellín: Asociación de Foros del campo Lacaniano.</span></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br />
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-74037723879710882422010-03-31T18:56:00.000-05:002010-03-31T18:56:17.138-05:00Los celos<h3 class="post-title entry-title"> </h3><div class="post-header"> </div><div class="post-body entry-content"> <div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><b><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";">Los celos<o:p></o:p></span></b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S7Pa_3IhxpI/AAAAAAAAA2I/ib1tHAgCPsY/s1600/celos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S7Pa_3IhxpI/AAAAAAAAA2I/ib1tHAgCPsY/s320/celos.jpg" /></a></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Los celos como una de las pasiones más intensas que puede experimentar el ser humano y bajo cuyo efecto se pueden cometer las más disparatadas locuras, tienen su asiento en la temprana infancia, en los afectos y vivencias que permanecen inconscientes desde aquellos estadios tempranos. Aunque muchos psicólogos creen que es un mecanismo singular que tiene sus raíces en tiempos prehistóricos cuando se fundó la institución monogámica, y el cual tendría “la función particular y universal de permitir la construcción de una relación monogámica, fiel y estable “(tiempos del mundo </span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";">Año 7 No 50 semana del 12 al 18 de diciembre/2002 p. 35), es para nosotros una reacción presente desde la infancia temprana frente a la amenaza de perdida por desplazamiento del o los objetos amorosos. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Sería difícil de rastrear científicamente si decimos que fue un mecanismo empleado en épocas pretéritas y luego somos todos y cada uno herederos del mismo, lo que con evidencia muchos podríamos refutar ya que conocemos sociedades poligámicas como la islámica por ejemplo; o si es un mecanismo propio de todo ser humano con base en la historia singular infantil, el cual da origen, en algunas culturas, entre ellas las occidentales, a la relación monogámica. En el trabajo investigativo desarrollado en la consulta analítica, del caso por caso, se hace más evidenciable esto último. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>La primera situación, en cambio, nos dejara por fuera de toda posibilidad de acción modificadora, nos constriñe a un único camino: es algo heredado y no hay nada que pueda hacerse, cuando más se podrán crear medios paliativos, pero nunca superables de la tendencia celotípica, tan poderosa en ciertos sujetos; además que nos saca de toda posibilidad de poder corroborarla en un trabajo investigativo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Otro argumento que refuta aquello del mecanismo monogámico de los celos es que los celos no se reducen ni pueden ubicar únicamente en las relaciones de pareja, por el contrario rondan todo tipo de relación humana. Así se presentan entre hermanos, compañeros de trabajo o de estudio, amigos y aún, con el conocimiento, el deporte, entre otros. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Los celos están motivados por factores múltiples del orden inconsciente; factores que pueden cobrar predominancia, de modo unilateral, en un momento dado; que pueden combinarse entre sí o complementarse.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Antes de proseguir definiremos los celos como una reacción manifiesta o no frente a la posibilidad real o fantaseada de perder el objeto amado y los beneficios que en la relación con el mismo obtenemos. Reacciones que pueden variar desde una actitud indiferente en apariencia, hasta ataques furiosos contra el ser amado o contra aquel o aquello que sentimos, nos disputa la posesión o favores del objeto. Tomando en cuenta que objeto aquí es todo aquello que atrapa nuestro interés, así definimos por objeto una actividad, un sujeto, un bien material, entre otros.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>En toda relación humana se presentan los celos en tanto estas reeditan unas relaciones de la infancia temprana caracterizadas por la rivalidad y la competencia por tanto, por el amor de la madre, por el amor del padre, el de éstos frente a la aparición de un hermanito; el del hermano, en relación con otro, sentido como rival.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>En otros términos, todos los seres humanos en la medida que somos demandantes de afecto, no queremos perderlo, una vez lo hemos conquistado. Sentimos en peligro el amor conquistado en mayor o menor medida, con mayor o menor intensidad, como decíamos, por factores múltiples: hay unos celos que son connaturales al amor y es que cuando amamos a alguien lo convertimos en depositario de buena parte de la libido o energía psíquica nuestra, por lo cual queda el yo nuestro empobrecido, lo que nos lleva a sentirnos poca cosa frente a alguien o algo que nos quiera desplazar en relación con el mismo. Pensemos en los tiempos en que hemos estado enamorados: nos centramos en el otro, en lo que dice, hace, en sus rasgos y expresiones; cuando estamos con él, y cuando no, le recordamos, imaginamos qué estará haciendo, con quien estará, como le habrá ido, que decirle al reencuentro o, a donde invitarle.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Significa ello que la energía psíquica está prácticamente dispuesta para el objeto, en buena medida, nos sucede algo así como quien teniendo dinero, lo ha invertido en títulos de valor, no puede disponer de éste y luego tiene que sentirse pobre, su capacidad de compra se ha reducido considerablemente; sólo que en el caso del enamorado el sentimiento de pobreza y limitación se da como una imposibilidad de poder apreciar con justeza los atributos y valores propios, por lo que es fácil que se vea en desventaja frente a un tercero y en riesgo de ser desplazado por el ser amado, en quien imaginamos, puede preferir al rival nuestro.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>En el estado del enamoramiento tiende a revivirse, además, la situación del conflicto edípico, en donde el niño o la niña queriendo conquistar el amor exclusivo de papá o de mamá se enfrentan a la existencia de un rival potente, al que sintió, sin lugar a dudas, muy superior a él o ella. En otras palabras, la situación del conflicto edípico le puso frente a un competidor o competidora con el cual las posibilidades de derrotarle, eran bastante remotas. En tanto más se intensifique la reviviscencia de tal conflicto en una relación cualquiera, mayor tendrá que ser la intensidad de la angustia, la grandeza del rival, real o fantaseado, y mayores serán los riesgos de reproducir una relación puerilizada, caracterizada ésta por una desconfianza grande hacia el ser amado, pensando que nos habrá traicionado en cualquier momento, al punto que pensamos que no es sino que nos descuidemos, para que el otro u otra ya esté jugándonosla o las infidelidades; caracterizada por los celos, la mayor parte de las veces infundados, es decir, sin causa real, y por la rivalidad con todos aquellos que osen acercarse a nuestro ser amado, viéndoles como enemigos que hay que atacar o contra los cuales hay que sentar algún precedente de orden agresivo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>No sólo se viven los celos puerilizados con respecto al ser amado, también existen, y son muy comunes los celos profesionales, en donde vemos rivales por todas partes, posibles adversarios que nos pueden desplazar en el ejercicio de nuestro cargo o funciones, lo que algunas veces nos lleva a proceder de manera mezquina frente a compañeros y subalternos. Es un poco de lo que patrocina la sociedad capitalista donde el otro antes que un aliado o un posible colaborador no es más que un competidor al cual hay que salirle adelante, antes de que nos lleve por delante. Allí la vida no es una posibilidad para la realización singular y colectiva, sino una pista de carreras donde lo que hay es que, ser el mejor aún por encima del semejante, esto es, sin importar si nos llevamos al otro por delante.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>La reviviscencia del conflicto edípico en las relaciones posteriores a las de la infancia, nos hace también virar de unas fantasías amorosas hacia la madre a unas fantasías amorosas hacia el padre, de tal manera que los objetos amorosos aparecen unas veces como los que no queremos perder por nada del mundo y otras veces aparecen como rivales frente a un tercero posible.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>En un nivel manifiesto puede aparecer la escena de celos, riñéndole a alguien por dedicarle más tiempo a otros, al trabajo, al deporte, pero en el fondo, puede no ser mas que el enojo, porque no hemos sido nosotros los que hemos estado en su lugar, le sentimos como quien nos arrebata aquello que deseamos sea nuestro y de alguna manera no hemos logrado y ni siquiera hemos intentado conquistar, por represión, por ejemplo, de la homosexualidad. Se ve claro esto, allí, cuando el amante encuentra o descubre en flagrancia de infidelidad a quien dice querer tanto y no ataca al rival sino que ataca es, a quien esta en el papel de pareja. En parte es verdad el enojo allí por la decepción fuerte que le ha dado, el enojo por verse traicionado, pero si se ama por encima de lo que se envidia, no ataca uno a quien ama de entrada, la tomará contra quién es percibido como rival y representa una amenaza para la pervivencia de la relación.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Tenemos de aquí que una envidia fuerte puede revestirse de ataques de celos: se quieren defender los atributos y posesiones del otro o de la otra para conquistar aquello que en el fondo se desea pero no se reconoce de manera consciente. Así hay quienes, reprimiendo su homosexualidad, hacen pareja heterosexual, en parte como defensa contra las tendencias internas de tal orden y se la pasan reprochándole y aún agrediendo a la otra u otro por, como camina, como mira, como viste, como conversa, como se relaciona, como piensa, las amistades que tiene, entre otros motivos; bajo la excusa de que parece esto, que parece lo otro, que es que no quiere que nadie le mire, nadie le hable, porque dice que le remuerden los celos; en realidad puede que no sean los celos, tal vez sea la envidia, querrá que aquello que no puede lograr para sí, otro u otra tampoco lo tengan.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Para hacer síntesis, una diferencia básica entre la envidia y los celos es que en la primera se ataca al objeto por sus cualidades, atributos y valores, mientras que en los celos se ataca es a quien amenaza con desplazarnos con respecto del objeto de amor nuestro, quitarnos el lugar o condición de privilegio.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Otra de las fuentes de los celos es la infidelidad fantaseada y/o actuada que ha sido reprimida y proyectada sobre el objeto, en un “yo no soy quien quiere traicionarte, eres tú quien me traiciona” y entre más fuertes se hagan las fantasías internas y más frecuentes las actuaciones de la misma (sobre todo cuando se actúa por compulsión), mayor es la tendencia a sentirse traicionado, convirtiéndose en delirio en muchas ocasiones, donde el sujeto encuentra evidencias por todo lado. Claro que suele suceder ésta también, cuando son las fantasías homosexuales objeto de represión, pues se desea a un objeto que, se supone; el celado desea, en otros términos, se cela al otro para impedir que éste se relacione con quien se desea tener o conquistar, no para evitar el riesgo de perderle.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Quien se conduce en su fantasía, y con algunos actos quizá, de modo infiel, y en la medida que no puede reconocer en sí mismo tales tendencias, y aun reconociéndolas en parte, tiende a comportarse de modo celoso, creyendo ver y oír cuestiones que siente como amenazas a su posición frente al ser amado. A veces ocurre que el otro u otra son en realidad infieles, y es ahí donde más insoportable tiende a tornarse la relación, sobre todo para quien resulta más sensible en este sentido, y/o da con un infiel sádico que no se contenta con estar con alguien más, si no que se lo pasa por el frente.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Hay en toda relación un deseo de exclusividad, ser los únicos en la relación, y si no, por lo menos ser los más importantes. Cuando esto se acentúa hay una tendencia a querernos apoderar del otro, que sea un reemplazo de la madre ideal que siempre quisimos tener: alguien centrado en nosotros, que sólo existe para atendernos, cuidarnos y hacernos valer ante el mundo, que no se separe ni un instante, o si lo hace, sea girando en torno a nosotros mismos. Cuando en las relaciones no admitimos o nos enojamos cada vez que el otro u otra, sea amigo, hermano, padre o sustituto, u otro mira a alguien o le presta atención a alguien, es porque queremos que exista para nosotros exclusivamente. Que ponga a girar su vida alrededor nuestro. Allí no hay amor, hay manipulación narcisista: nos sentimos el <i>ombligo del mundo</i> y queremos que los demás nos traten como tales. No estamos teniendo en cuenta más que nuestro propio deseo y queremos, de modo caprichoso, que los demás renuncien a ellos mismos, a sus deseos, relaciones y aspiraciones para que se pongan al servicio nuestro.</span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Aquí caemos la mayoría, por lo menos en lo que respecta a la relación de pareja. Queremos que el otro haga lo que pretendemos, determinamos con quien y a que hora relacionarse. Convirtiéndose la relación en un medio más de opresión, a veces exagerado, en donde el otro u otra tiene que renunciar a sus relaciones y aún a su <span> </span>realización personal dizque como prueba del amor que nos ofrece.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Una cuestión que resulta ser la otra cara de esto, es la fantasía de algunos amantes que quieren y aún tienen la ilusión de copar al otro/a, de brindarle todo, que se sienta tan satisfecho/a saciada o saciado que no necesite más, y por tanto, no tenga que buscar a otros/as, otras distracciones, etc. Así dicen algunas señoras “ah, es que él no tiene nada que buscar en la calle, aquí lo tiene todo”. Lo entregan todo en la relación, convirtiéndose en unas madres “ideales” para que el otro no tenga motivo de ir a dejarles o, ir a traicionarles y luego se ven enfrentadas a decepciones amargas, pues nadie puede llenar a otro ciento por ciento. Dijéramos que la personalidad es como un poliedro y en cada arista puede encontrarse compatible con diversos sujetos, de tal manera que una arista, reclama unas situaciones y sujetos que hasta se contrapone con otra faceta. Alguien, por más compatible que sea, llenará, cuando más, dos terceras partes del poliedro que es el otro, pero nunca le colmara.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Ese deseo de colmar es la proyección de un amor narcisista absorbente: quiere que se centren y sacrifiquen por él o ella y adopta el papel activo, suponiendo que sabe lo que el otro u otra desea. Así los sujetos que se entregan de un modo “completo “- y lo decimos entre comillas porque no es así en tanto el otro u otra no se acomodan a su posición- vienen las protestas. Es decirle al otro implícita y aún explícitamente “yo te doy todo, no me vayas a traicionar, te colmare de atenciones y cuidados” y luego aquel aprovecha para<span> </span>”parasitar” o sencillamente, no puede responder a lo que el otro pide, tal vez su patología o sus condiciones se lo impidan. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>De otro lado, ese deseo de colmar al otro tiene otra cara y es la de sentir que se necesita al objeto para vivir, internamente el sujeto siente que aquel es irremplazable, “dónde voy a conseguir a alguien con sus cualidades” decía alguien en análisis, y en al medida que se convierte al otro en una parte indesligable de la vida propia se busca asegurar su presencia, su amor y consideración mediante un centramiento en él o ella, a tal punto que busca anticiparse a lo que aquel quiere o necesita, aún bajo el sacrificio de los propios intereses y aspiraciones. Es una posición narcisista donde el sujeto aspira, inconscientemente, que la imagen que da al objeto le sea devuelta, es decirle “vea, así como yo soy con usted es que quiero que usted sea conmigo”, una imagen que intenta reproducir por contagio emocional. El problema es que ello se hace bajo un estado de depreciación de si mismo, de las capacidades y cualidades propias y por presión de una parte interna que no solo le reclama una ocupación continua del objeto, sino que, también le critica y descalifica los esfuerzos que hace, haciéndole sentir cada vez menos merecedor del amor del objeto. Aquí el superyó que se ha vuelto particularmente cruel y exigente se ensaña sobre el yo haciéndole sentir singularmente pequeño y carente, le compara con los demás encostrándole y humillándole por sus limitaciones. Si nos detenemos un poco veremos una dependencia con el objeto que reproduce la situación del bebé frente a la madre, lo que explica la necesidad inminente del objeto y nos da a entender que prima en la relación no el amor si no la necesidad.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Como ya se planteó, es propio de las relaciones Interhumanas, los celos. Sin embargo hay grados enfermizos, o mejor, se hacen enfermizos cuando sobrepasan cierto límite. Su trasfondo es un sentimiento inconsciente de inferioridad en el cual actúa un superyó sádico que va martillándole al yo masoquista, de un modo casi permanente, sobre las limitaciones, errores y fallas suyas; lo está comparando de modo más o menos continuo con los demás, le señala lo pequeño e insignificante que es con respecto al ideal que también le exige cumplir o alcanzar.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Ese sentimiento de inferioridad mantenido por las relaciones internas entre el yo y el superyó, hacen sentir al sujeto, en lo manifiesto, inseguro de las posesiones y atributos propios, es por ello que se va a sentir poco digno de ser amado/a, piensa que los demás si merecen que se les quiera, que los otros si reúnen las condiciones para ser reconocidos, admirados y queridos. El <i>retintín</i> de esa parte que le acusa y le tacha de indigno o indigna le lleva a un estado de angustia o, mejor, despierta los estados de angustia que en la infancia vivió ante la posibilidad imaginada o real de perder el amor, la protección, atención y los cuidados de los padres. Así al sentirse tan poca cosa piensa que cualquiera puede ser mejor que él o ella y más amables, por tanto.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>La rivalidad es vivida de manera muy temprana por el niño y se hace bastante intensa en muchos casos, y ante la cual responde con fantasías variablemente intensas de aniquilación contra quien viene a quererse apoderar del objeto amado. Bueno, en parte, no es que los que son sentidos como rivales se quieran apoderar del objeto, si no que el niño al querer apoderárselo, cree que los demás vienen con el mismo propósito. De igual manera, quiere acabar con el que siente como rival y luego tiene mucho miedo que sea el rival quien vaya a aniquilarle.</span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>El sentimiento de inferioridad en el niño y en el adulto, sea muy fuerte, o sea moderado, corresponde o es recíproco con las fantasías destructivas que hubo de experienciar el niño desde los meses primeros en relación con el pecho y la madre, las que reprodujo después en relación con otros objetos que hubieran de reemplazar a aquellos, es decir, igual fantaseará el adulto acabando con los objetos actuales de relación, de los que cree que pueden llegar a descubrir sus impulsos y castigarle cambiándole por otro u otra, o abandonándole.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Cómo podemos ver, se deriva el sentimiento inconsciente de inferioridad de una gran culpabilidad. Afecta este, como se habrá de ir notando, más allá de las relaciones de pareja, es así como hay quienes se sienten traicionados por la esposa o el esposo, los amigos, los familiares y la vida misma; como también hay quienes no se sienten dignos de las relaciones, cualquiera que sean, piensan que son prescindibles y que en cualquier momento les pueden cambiar por otra sujeto u otra cuestión (la ciencia, el deporte, el arte,…) se asombra cuando alguien le brinda afecto o le reconoce lo importante que le resulta en su vida, o cuando le reconocen algún valor.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Bajo ese sentimiento de inferioridad, se vive en un mar de incertidumbre porque además de que se quiere conservar a los objetos, en tanto los necesita y demanda amor de ellos, se ve en desventaja frente a la mayoría, si no frente a todos. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>A pesar de que ese sentimiento de inferioridad tan potente constituye una expresión de la autovaloración inconsciente en exceso empobrecida, tiene otra cara de trasfondo, es la situación inversa de sobrevaloración de si mismo o de una parte de sí mismo, la cual aparece en los momentos y periodos quizá, de exaltación maniaca, en donde el sujeto siente que no necesita de nadie, que puede echar a todos al carajo, “al final no sirven para nada, son muy poca cosa, no merecen nada”. Lo que quiere decir que es en los estados depresivos donde se identifican de un modo total con el objeto maltratado y despreciado, al punto que se confunden con él. De tal modo, cuando el sujeto deprimido dice “es que no valgo nada, no sirvo, debería morirme”, psicoanalíticamente entendemos que ese desprecio radical va dirigido es a otro que figura en la esfera de las representaciones de los objetos tempranos y, tal vez esté representado en algún objeto externo con el cual esta en conflicto actual. Esto se da aunque en apariencia el sujeto nos dé razones de gran peso para justificar los auto-ataques.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Claro que la minusvalía que nos refiere el depresivo tiene también que ver con el bebé quien se sintió muy poca cosa en relación con la madre de quien dependía en absoluto y a quien temía perder, sentía que sin ella no podía vivir. En le estado depresivo cobra fuerza el temor a perder al objeto sustituto externo, a la vez que la culpa hace sentir que no se lo merece. Una parte interna suya le dice algo así: tu no mereces nada de las bondades del objeto, eres indigno/a de él; mientras que otra parte sufre la angustia mas potente al sentir el riesgo inminente de perderle. <o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Para que nos ubiquemos mas o menos en la situación pensemos en el enamorado que siente que sin el amor del otro/a no puede vivir, y si vive, todo perdería sentido para sí, pero le consterna el hecho de sentir que su objeto tiene razones más que sobradas para abandonarle, cambiarle o echarle al olvido. Ya imaginaremos por qué es tan fuerte la angustia en estos casos, pues es enfrentar el vacio, la muerte misma con la perdida del objeto. Es por ello que al sujeto le entra el desespero con solo imaginar la perdida y quiere asegurar la presencia del objeto, así sea obligándole a permanecer a su lado, a asegurarse la continuidad de la relación inspeccionando todos sus movimientos y pidiendo cuentas de un modo o de otro. Cuando esta situación se va al extremo, surge la obsesión: deja de hacer sus cosas para seguir y vigilar a su objeto, siente una gran angustia al no estar a su lado temiendo que no regresará, que le saca el cuerpo, que le miente para ir con otro/as, por lo que si no le esta llamando, se aparece de repente, pone vigilantes o indaga en extremo a la hora de los encuentros, cuando no es que combina esas reacciones en medio de la inseguridad sentida.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Se presentan dos actitudes frente a los celos: una es el reclamo mediato o inmediato y hasta la escena pública de celos, muy intensa y común entre los enamorados. La otra, es la de la negación de los celos que se manifiesta regularmente con una actitud de indiferencia, con un <i>no me importa</i>.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>En la situación primera hay grandes ventajas para la sujeto, entre ellas el que pueda desahogar su rabia y su dolor, llegando a poder hablar y aclarar las cuestiones, las que pueden obedecer, muchas veces, a malos entendidos o pueden basarse los celos en supuestos del sujeto que esta prevenido/a ante la posibilidad de una traición. Prevención que les suele llevar a ver y oír cuestiones donde no las ha habido.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Otra ventaja es que cuando sobrepasan los celos ciertos límites, pueden ser reconocidos como un problema muy personal, si la tendencia no es a echarle la culpa a los demás, lo que es básico en la búsqueda de ayuda adecuada para superar la situación.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>La otra posición, la de la negación, resulta bien desventajosa para el sujeto porque además de atragantarse con su enojo, tiende a no buscan ayuda. Este tipo de sujetos tiene temor a que le vean como un celoso y a que le tilden como tal, no quiere molestar a los demás con sus problema y tiene temor al rechazo, se siente indigno del amor de los otros y siente que si les reclama o reconoce los celos ante ellos, se pone en mayor desventaja aún, de la que ya siente. Por otro lado, si busca ayuda, los demás van a darse cuenta y eso va contra la imagen que quiere reflejar: de alguien tranquilo, que pone poco problema, seguro de lo que tiene.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>En la negación de los celos está también la posición activa donde operan un <i>es mejor despertarlos que sentirlos</i>. Es el caso del sujeto que se conduce de un modo defensivo en la relaciones: cree que el otro u otra va a traicionarle, hacerle infiel o a cambiarle por alguien más, haciéndole sufrir, y se anticipa al asunto saliéndole adelante para hacerle sentir aquello que imagina que el otro le pudiera imponer, en forma de sufrimiento por los celos despertados.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Los celos se hayan fundamentados, en muchas ocasiones, también en unos deseos homosexuales propios proyectados en el objeto del amor nuestro, donde al no reconocer el deseo hacia la sujeto del propio sexo lo ponemos en otros, quedando completamente deformada la percepción de la realidad, percepción que nos lleva a un grado indiscutible de certeza en cuanto a la traición de que nos creemos o sentimos objetos, a veces al punto que caemos en situaciones extremas como el delirio, en donde no sólo a percibimos distorsionada la realidad, sino que además aquello que hemos imaginado lo damos por cierto.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>¿A qué se debe el delirio celoso? A la puesta en escena, a través de otro, del deseo homosexual propio. Así el hombre que abriga deseos homosexuales fuertes y se pelea con ellos reprimiéndolos, verá en su mujer una <i>traidora</i> más o menos constante, operando un “no soy yo quien desea acostarse con los hombres, es ella la que lo desea” y en el delirio es: “no sólo lo desea también lo hace”. Aquí mencionamos el ejemplo del hombre, pero funciona de un modo semejante para la mujer: “no soy yo quien quiere a las mujeres, es él ”o un poco también la posición masificada “ los hombres son infieles” cuando se descubre que es ella la que se diría ”con tantas mujeres tan bonitas y amables yo no sería fiel a ninguno”.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>En parte, esos deseos homosexuales reprimidos dan origen a unas formas de relación que en algunas ocasiones alcanzan dimensiones de extremos enfermizos, en donde se encierra al otro/a para que no vaya a jugar infidelidad alguna. En donde el sujeto no solo se siente traicionado, además lo vive como tal, y entra a actuar como si sucediera en la práctica, aún allí donde las probabilidades son pocas, es el caso del hombre aquel que levantaba a la mujer a medianoche a golpes que porque le traicionaba por detrás de la cama y la cama daba a la pared junto a la cual la mujer dormía.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Pasando a otro aspecto, quien quiere cela, ya decíamos por aquello de que no quiere perder su conquista. No corresponde, empero la dimensión del amor a la dimensión de los celos, unos celos moderados benefician la relación, pues hacen que nos sintamos un tanto inseguros en la relación y que busquemos brindarnos, que busquemos conquistar instante a instante al otro, unos celos elevados son signo claro de la enfermedad psicológica y no benefician mucho las relaciones, pues el sujeto en medio de los celos agobiantes se dedica a atormentarse y/o a atormentar a los demás con supuestos, sus escenas de celos, sus reclamos, sus críticas, lo que deja poco espacio para el disfrute y la conquista permanente que requiere una buena relación.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Algunos sujetos temen y les horroriza alguien celoso, por lo que evitan, a toda costa, relacionarse con alguien así, puede ser ello una manifestación, algo que deja ver cuán celosos son en el fondo. Son celosos, reprimen la cuestión y luego temen ver reflejada esa parte suya en otros sujetos. Atacan y desprecian al celoso sin darse cuenta que en el fondo es esa parte suya la que no quieren aceptar, y aunque lo quisieran, no pueden.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><span> </span>Cuando la tendencia es a reproducir el conflicto edípico en las relaciones de adulto o posteriores a la infancia, se presenta el masoquismo o el sadismo celoso. En el primer tipo hay un sensación de que se esta con la pareja de otro, pues en el conflicto edípico hay un otro siempre real o supuesto, ese otro siempre esta de una u otra manera, y muchas veces se busca instalar relaciones con sujetos ya comprometidos, viniendo el sufrimiento a como dé lugar, en tanto se ha de pagar por <i>robarse </i>a la madre o al padre representados en ese objeto actual. Se siente el tormento de los celos como el castigo que ha de pagarse por desear y estar con alguien prohibido. Para el caso del sadismo celoso, se invierte el asunto este, es decir, se busca maltratar a un tercero despertándole los celos, sea ya porque se instale en una relación con alguien comprometido o porque instale un compromiso con alguien a quien maltratar despertándole los celos.</span><span lang="ES" style="font-family: "Arial","sans-serif";"><o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="ES">Fernando Calle.<o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="ES">Psicoanalista<o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><span lang="ES">Consultorio: 2168484<o:p></o:p></span></div><div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><a href="http://psiquepsycho.blogspot.com/"><span lang="ES">http://psiquepsycho.blogspot.com/</span></a><span lang="ES"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><br />
</div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-17670377200758597982010-03-16T14:19:00.000-05:002010-03-16T14:19:00.897-05:00AMOR Y GENITALIDAD<div style="text-align: justify;"><span style="font-size: large;"><b><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"></span></b></span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><b><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">AMOR Y GENITALIDAD </span></b></span></div></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5_ZhPD_DPI/AAAAAAAAA0A/HlbT5vDKeIU/s1600-h/amor3.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5_ZhPD_DPI/AAAAAAAAA0A/HlbT5vDKeIU/s320/amor3.jpg" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Hay sujetos que confunden el amor con genitalidad, entendida ésta como el centrarse del sujeto en intercambios placenteros desde el aparato reproductor y por extensión, las descargas mediante el uso de otras zonas erógenas como el ano y la boca. Va a pensar que los demás le querrán en la medida que les conceda ese placer y cuando se trata de conquistar a alguien no escatiman oportunidades para seducir o entregarse a este nivel. Vemos así sujetos que inician dizque relaciones amorosas con actos genitales, relaciones que resultan ser luego un fiasco, pues quedan truncas en la mayoría de las ocasiones o sólo duran mientras la pasión se mantenga, es decir, mientras pueda ser saciado el deseo por una o por los dos participantes. O se mantiene la relación bajo la promesa de que habrá satisfacciones nuevas. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Hay quienes llegan al análisis diciendo: “yo que le entregué lo mejor de mi” “se llevó mi virginidad” o “cómo es tan horrible, que sólo me haya utilizado para su placer”, “sólo quería acostarse conmigo”. Cuando ella o él (pocas veces los hombres se quejan de esta manera, más bien exhiben estas cuestiones como un trofeo que les da crédito a su fantasía de ser muy potentes), se quejan de este modo, es porque en parte, se sienten inconformes con la confusión que han tenido, y en parte también, porque están decepcionados de su fantasía de que al intimar sexualmente con alguien, esto iba a estrechar los lazos en la relación, le iba a asegurar la relación. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Decimos que tiende a durar poco porque de un lado, las relaciones sexuales, si no se dan en un contexto amoroso de gratificación mutua, antes que unir tienden a separar, en tanto se presentan como descargas desgastantes de la libido o energía psíquica. De otro lado, porque el amor auténtico comporta o se expresa en las dos dimensiones de la sexualidad: la ternura y la sensualidad. Además relaciones sexuales sin ternura sirven a la destructividad, ya veremos por qué. </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Es la genitalidad o mejor, la forma genital de la sexualidad, una forma perversa de la misma, tal como lo es el voyerismo, el sadomasoquismo, el fetichismo entre otras, ya que sirven en el fondo, a la tendencia destructiva, es decir, el odio arcaico o primigenio en el sujeto, se ha reservado un lugar o un medio de expresión, camuflándose en una sensualidad “normal”. Miremos un ejemplo para ilustrar la función disgregadora de la hostilidad, vigente en estos casos: hay hombres que no pueden integrar su sensualidad y su ternura, tienen una mujer con la cual despliegan un enlace tierno en lo predominante, y la sensualidad queda excluida o la disfrutan de manera pobre, teniendo que buscar una amante o a las prostitutas con las que pueden sentirse en libertad para su disfrute genital. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Hay allí, en primer lugar, la separación entre las unidades básicas de la sexualidad, en segundo lugar, una disgregación de dos imágenes de la misma madre de la infancia: una ideal, digna de toda veneración y des-sexualizada, y la madre “puta”, la que el niño sintió como traidora y merecedora de toda su agresión. Una agresión que se esconde o se camufla detrás de la sensualidad, la que puede sólo disfrutar con las “amantes”, pues lo que se descubre es que estos sujetos desde su inconsciente, viven la penetración como un apuñalar; cada achuchón o empuje del pene lo experimentan como una cuchillada que daña, que rompe los tejidos; y la relación sexual es vivida como un asesinato en medio de la rabia contra la madre “puta”. </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Vemos la disociación como un mecanismo contra el odio que a la vez es una transacción que el bebé realiza con relación a sus impulsos destructivos: de un lado se divide entre una parte que odia al objeto, parte que separa imaginariamente de sí, y otra parte que ama y protege al objeto. De otro lado es el dividirse de por sí, una agresión dirigida contra si. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Se da en este caso una división bipartita o disociación del objeto materno, queda, de un lado, el objeto bueno altamente valorado y, de otro, el objeto malo que es sentido como merecedor de cualquier ataque o envilecimiento. Ataque que queda escondido tras el ropaje sexual, a la vez que se ha dividido la función sexual que es un ataque contra sí, para utilizarlo, en parte, contra la madre y objetos posteriores subrogados. </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> En la genitalidad confundida con el amor se da el intercambio sexual como una búsqueda de placer bajo la condición egocéntrica: que le den placer, obtener la descarga es lo que se busca, utilizando a otra u otros sin importar que también sienten, que desean alcanzar la satisfacción. Mientras en el amor real se busca dar placer, no descargarse, y en ese dar placer siente el sujeto la gratificación, es decir, en el amor real no se trata del simple placer sino de la gratificación psíquica y ésta puede venir por el placer compartido-no sentido- o por el placer otorgado. Como vemos, el amor real tiene en cuenta de una u otra forma, al ser al que se ama. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Detrás de este término “descarga” hay todo un contenido psicológico. Quien busca el placer en la descarga es porque se siente encartado con su sexualidad, la viene sintiendo como una sustancia que desde dentro le pone en peligro, le amenaza con romper su estabilidad psíquica, o con corroer sus partes vitales. Nos da cuenta ello que, en el fondo, esta sexualidad comporta unos contenidos agresivos latentes, o dicho de otro modo, condensa componentes orales sádicos, anales sádicos y destructivos, a la vez que aspectos lesivos de la falicidad misma. </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Al sentirse encartados con las excitaciones sexuales no se asumen las relaciones íntimas como un momento de intercambio placentero sino como oportunidades para zafarse de aquello tan molesto, y a veces para vaciar, es así como muchos, manifiestamente, adoptan frente al otro una actitud de sementales, asumiendo un papel de maratonistas sexuales hasta que quedan exhaustos como si quisieran quedar tan vacíos que sean capaces de aguantar hasta la próxima oportunidad que ojalá y esté bien remota. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Experimentan algunos, de este modo, cada cópula como una pequeña muerte, así dicen al momento del orgasmo “me mataste” o “acabaste conmigo”. El o los “maratonistas sexuales”, parece ser que de algún modo quisieran matar y morir en la relación sexual, y al ver al otro que ha sobrevivido a la cópula sexual y al ver que también han sobrevivido, emprenden de nuevo la actividad, como quien dice “haber si esta vez sí quedamos muertos o al menos, muere uno de los dos”. Es aquí la relación sexual, como medio de descarga, una válvula de escape de la destructividad. Donde el desarrollo psicosexual ha alcanzado la fase fálica y, en parte, la genitalidad, pero bajo la condición de compromiso con el odio y la destructividad que esta vez ha quedado ligada por el Eros o pulsiones de vida, con desventaja, pues ésta se filtra, por ejemplo, como necesidad del otro, lo que se confunde con amor. Implica sentirse encartado con la sexualidad, por lo que se recurre al otro como medio de descarga. </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Muchos sujetos dicen estar enamorados de alguien, y es posible que esto sea verdad, en parte; sin embargo, en alguna medida, se sienten ligados a él o a ella, en tanto les ha proporcionado y promete proporcionarles las descargas sexuales; en otras palabras, en buenos grados, no es el amor lo que les liga o une a tal o cual sujeto, sino la necesidad de tener de modo regular, cada tanto, la descarga sexual. Cuando pierden el objeto, caen en un estado de desesperación, pierden estabilidad y arrecian los ataques contra sí mismos o, incluso, llegan a despertarse estados psicológicamente críticos con arranques de locura en los que hemos de reconocer, tal como lo ha descubierto el psicoanálisis, dosis alta de odio, la que va dirigida hacia el sí mismo. Como hay quienes hacen explosión hacia afuera, destruyendo afuera aquello de lo que sólo podrían renunciar adentro. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Cuando el sujeto es con predominancia saludable, al perder al objeto se regocija de los buenos momentos vividos en la relación con aquél, conserva la confianza en la capacidad de amar y guarda la esperanza de poder atraer a alguien más en el futuro y conquistarle para construir juntos una relación nueva. La necesidad del objeto, o mejor, la urgencia del objeto no se construyen sobre las bases de un disfrute mutuo sino sobre la “punta de lanza” de la perentoriedad de la pulsión sexual y predominantemente, de la destructividad. Decimos “punta de lanza” para nombrar los aspectos que de la destructividad encierra. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Algunos sujetos tienen actividad sexual no sólo como válvula de escape del odio, sino además, como medio para satisfacer un masoquismo moral y erótico, en parte pues, tienen el soporte de la relación sexual como algo degradante, humillante. Ser penetrados significaría ser maltratados, ultrajados, sin embargo, se siente que se lo necesita y es sólo allí, en la posición de “estar debajo” que pueden disfrutar la relación sexual. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Como podemos ver, los sujetos que perciben y confunden el amor con la genitalidad han quedado fijados a la fase en que el niño percibía las relaciones sexuales de los padres como actos de agresión, como encuentros sadomasoquistas, donde el uno goza con el sufrimiento propinado y el otro goza con el sufrimiento recibido, y se percibe, de este modo, la relación sexual, como un doble sufrimiento: por un lado, la insatisfacción y por otro con el soporte de la relación sexual percibida en un sentido negativo. </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> También se encuentran conjugadas en tales percepciones y ejercicio de la sexualidad, fantasías destructivas del orden cloacal-anal y oral-sádico. En cuanto a las primeras, está de manera manifiesta, la preferencia por la relaciones anales donde quien penetra fantasea que va a acabar con todos los fetos que él o quien sustituya a la madre, se supone, tienen en el intestino, y eliminar así, de antemano, a todo competidor potencial o, a todo nuevo competidor, a la vez que puede sentir que detrás de su piel, almacena contenidos fecales, que está hecho de esta materia, de tal manera que su semen o secreciones vaginales serían derivados de aquella sustancia, o esencias de la misma, es este el caso muy común en quienes se conducen con repugnancia con respecto a los fluidos sexuales. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Así también revive la fantasía de vaciar el pecho al realizar relaciones sexuales unas tras otras, quiere vaciar al objeto, vaciarse a si mismo, al tomarse como el pecho, o las dos cosas. Se vive la confusión entre amor y relaciones genitales, en las relaciones de pareja, quienes se buscan para copular o se llega a ello en cada encuentro. Hay quienes también, reaccionan a tal tendencia interponiendo a alguien en la relación, por ejemplo, al darse una cita buscan que un amigo llegue allí o, van a buscar a alguien más para acudir a la cita, o sencillamente, se encuentran, hacen citas en el lugar y hora donde acuden otros amigos. </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: right;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Fernando Calle. </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Psicoanalista </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Consultorio: 2168484 </span></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">A propósito del amor, queremos brindarles este poema… </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><div style="text-align: center;"><b><span style="font-size: large;"><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Llenate de mi </span></span></b><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><i><span style="font-size: x-small;"><b><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">- Pablo Neruda- </span></b></span></i></div><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;">Llénate de mí.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Pídeme. Recógeme, contiéneme, ocúltame.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Quiero ser de alguien, quiero ser tuyo, es tu hora,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Soy el que pasó saltando sobre las cosas,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> el fugante, el doliente.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Pero siento tu hora,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> la hora de que mi vida gotee sobre tu alma,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> la hora de las ternuras que no derramé nunca,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> la hora de los silencios que no tienen palabras,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> tu hora, alba de sangre que me nutrió de angustias,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> tu hora, medianoche que me fue solitaria.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Yo soy esto que gime, esto que arde, esto que sufre.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Yo soy esto que ataca, esto que aúlla, esto que canta.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> No, no quiero ser esto.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Ayúdame a romper estas puertas inmensas.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Con tus hombros de seda desentierra estas anclas.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Así crucificaron mi dolor una tarde.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Quiero no tener límites y alzarme hacia aquel astro.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Mi corazón no debe callar hoy o mañana.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Debe participar de lo que toca,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> debe ser de metales, de raíces, de alas.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> No puedo ser la piedra que se alza y que no vuelve,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> no puedo ser la sombra que se deshace y pasa.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> No, no puede ser, no puede ser, no puede ser.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Entonces gritaría, lloraría, gemiría.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> No puede ser, no puede ser.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Quién iba a romper esta vibración de mis alas?</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Quién iba a exterminarme? Qué designio, qué? palabra?</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> No puede ser, no puede ser, no puede ser.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Libértame de mí. Quiero salir de mi alma.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Porque tú eres mi ruta. Te forjé en lucha viva.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> De mi pelea oscura contra mí mismo, fuiste.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Tienes de mí ese sello de avidez no saciada.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Desde que yo los miro tus ojos son más tristes.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Vamos juntos. Rompamos éste camino, juntos.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Ser? la ruta tuya. Pasa. Déjame irme.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Ansíame, agótame, viérteme, sacrificarme.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /> <br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> Y que yo pueda, al fin, correr en fuga loca,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> inundando las tierras como un río terrible,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> desatando estos nudos, ah Dios mío, estos nudos,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> destrozando,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> quemando,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> arrasando</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> como una lava loca lo que existe,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> correr fuera de mi mismo, perdidamente,</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> libre de mí, Curiosamente libre.</span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" /><span style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;"> ¡Irme, Dios mío, irme! </span><br style="font-family: "Helvetica Neue",Arial,Helvetica,sans-serif;" />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-39917080281008611282010-03-12T15:41:00.001-05:002010-03-12T15:46:27.091-05:00desplazados<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><br />
<div style="text-align: center;"> <span style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; font-size: large;"><b>desplazados </b></span></div><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5qjOwVoQ7I/AAAAAAAAAxQ/8r7U_dVyqAY/s1600-h/desplazados_colombianos.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5qjOwVoQ7I/AAAAAAAAAxQ/8r7U_dVyqAY/s320/desplazados_colombianos.jpg" /></a></div><br />
<br />
<br />
Hay en la plaza de este pueblo un triste cordero <br />
<br />
que arrastran policías y ladrones al zanjal del matadero <br />
<br />
o de algún vertedero donde pierda su nombre y su apostura, <br />
<br />
así le arrancan su pitanza y el escaso pegujal de su labranza, <br />
<br />
dan a los otros escarmiento provocando la estampida, <br />
<br />
mientras la vida se agolpa en las aceras, <br />
<br />
crece en las ciudades los cordones de miseria: <br />
<br />
su mano aguerrida se vuelve limosnera <br />
<br />
o escasa jornalera de alguna factoría, <br />
<br />
vendedora errante de populares mercancías. <br />
<br />
Se ve obligado a cambiar su barbecho por el asfaltado trecho <br />
<br />
que transita día a día en busca del sustento, <br />
<br />
mientras un techo de plástico u hojalata guarece su lebrel y su familia. <br />
<br />
Anhela regresar a su parcela donde aun pudiera cosechar la sementera <br />
<br />
y engañar al hambre con agua de panela <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5qmAXaEvaI/AAAAAAAAAxY/NpMEpbVeBvA/s1600-h/desplazados1.gif" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5qmAXaEvaI/AAAAAAAAAxY/NpMEpbVeBvA/s320/desplazados1.gif" /></a></div><div style="text-align: center;"></div><br />
y acompañar su soledad y su miseria en la charla animada del vecino, <br />
<br />
en el solidario compartir de los cercanos, <br />
<br />
pues le golpea el corazón la terrible indiferencia <br />
<br />
y teme acudir a los galpones del gobierno <br />
<br />
por el oscuro proceder de los funcionarios <br />
<br />
que buscando otros honorarios se venden y malversan los públicos erarios.<br />
<br />
<div style="text-align: right;">Medellín, Colombia, </div><div style="text-align: right;">marzo 2010</div><div style="text-align: right;">Fernando CALLE.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-72056879214967498412010-03-11T00:02:00.000-05:002010-03-11T00:02:42.421-05:00Los Orígenes De La Cultura Y La Cultura Del Delito En Colombia: ¿y la justicia donde esta?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://2.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5h5WnFJs2I/AAAAAAAAAwA/n9xEghuzjLQ/s1600-h/palacio+de+justicia+espectador.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S5h5WnFJs2I/AAAAAAAAAwA/n9xEghuzjLQ/s320/palacio+de+justicia+espectador.jpg" /></a></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i><span style="font-size: small;"><b>Los Orígenes De La Cultura Y La Cultura Del Delito En Colombia: ¿y la justicia donde esta? </b></span></i></span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<span style="font-size: xx-small;"><i><br />
</i></span></span><div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: xx-small;"><i>«En Colombia la riqueza controla al estado y este sirve para acrecentar la riqueza, en una cadena de iniquidad interminable. Gran cantidad de fortunas que se ostentan se han iniciado y acrecentado poniendo el poder oficial a su servicio.»</i></span></span><span style="font-size: xx-small;"><i> <a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn1">[1]</a></i></span> </div><span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
Nacemos iguales ante la ley, por lo menos en teoría, pero ya la naturaleza de antemano ha puesto su impronta de injusticia dotando algunos seres de forma prodiga de unas cualidades físicas o de cualidades psíquicas, cuando no, de las dos series complementarias, mientras a otros los excluye de manera desventajosa. Las leyes naturales anotan también su testimonio en tal desigualdad, pues de atenernos a la teoría evolutiva de Charles Darwin, la constante en el proceso de evolución de la vida, de su adaptación y del poblamiento del planeta ha sido la supervivencia del más apto, y en el largo sucederse de eras, de todas las especies que han vivido en el planeta, sólo han sobrevivido del 4 al 6% de ellas</span> <span style="font-size: x-small;"><a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn2">[2]</a>; demostrándose con ello que la vida tiene que someterse a los avatares inexorables que la misma naturaleza impone. Y es su plasticidad en el acomodo lo decisivo para que se mantuviera la especie determinada, y esa plasticidad constituye al fin, una dotación natural ventajosa que ha dependido más del azar que de cualquier designio supra-terreno. <br />
<br />
Por otro lado, si algo caracterizó a la organización social del hombre arcaico fue la supremacía de la fuerza, el dominar a los otros quien fuera más capaz de crueldad, demostración de fuerza, hechos éstos reemplazados luego por la fuerza de la inteligencia para someter y dominar a los semejantes. Esto implica que no es la naturaleza la que nos enseña o aporta el modelo del ideal social de justicia, este más bien es una construcción humana que no existió siempre y que tiene sus orígenes en el mismo origen de la cultura. Se remonta a la edad infantil en la cual el niño repite como remanente psíquico, aquella conquista inicial de la especie. <br />
<br />
En su texto Tótem Y Tabú, Freud alude al origen de la cultura postulando una organización social primitiva constituida por hordas. Dirá entonces que la horda primitiva se hallaba dominada por el protopadre el cual ejercía un poder irrestricto: accedía a todas las mujeres del clan e impedía el acceso carnal de los hijos con aquellas, ya fuera castrándolos, expulsándolos del clan o en el peor de los casos eliminándolos, veía en ellos una amenaza inminente para la conservación de su estatus y de la vida propia. <br />
<br />
Los hijos se unieron un día para darle muerte al padre que era a la vez odiado y admirado, luego de matarle consumieron sus partes en un intento por hacer propias las cualidades psíquicas y posesiones corporales del mismo. Todos querían ocupar la posición que antes ocupara el padre depuesto, a darse libertades y obtener las prerrogativas gozadas por el mismo, pero esto implicaba que quien asumiera el poder estaría corriendo la misma suerte del padre aniquilado, aunque en un principio se repitió una y otra vez la disputa entre los hermanos por el poder del padre sustituido, terminaba por repetirse, una y otra vez la misma dinámica: arrogarse el poder para ser luego depuestos por los hijos y aun los hermanos. <br />
<br />
Poco a poco, el temor a perder la existencia además de la admiración por el padre muerto hizo que ninguno asumiera el poder del tirano destituido. El amor por el mismo, hizo que se produjera el arrepentimiento, la culpa de haber matado a alguien tan grandioso en tanto se le admiraba. Por el sentido mágico del hombre primitivo se unió a ello, el temor a que regresara de entre los muertos a cobrar venganza<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn3">[3]</a>. Declararon entonces la igualdad fraterna, es decir, todos gozarían en adelante de los mismos derechos, pero ya no de forma ilimitada, pues adoptaron las restricciones antes impuestas por el padre como leyes de convivencia: no podían tomar mujer dentro del clan al cual pertenecieran, se prohibieron el canibalismo y la muerte del semejante, al menos dentro del clan, siendo penalizado con la muerte por la transgresión de tales exigencias. Así, asumieron la ley del padre y declararon interdictas, prohibidas, las actividades que tuvieran que ver con la muerte del mismo, el padre fue depuesto para pasar a constituirse en una entidad simbólica, representado en la ley o normatividad social y el animal totémico. <br />
<br />
La igualdad pactada entre los hermanos dio origen a una organización social menos incipiente, basada en el derecho y no en la fuerza bruta: el matriarcado. La madre pasó a gobernar con el poder otorgado por el padre, poder que “renacía” como instancia reguladora de las relaciones sociales. En ese largo proceso se articulan los tres pilares fundamentales de la cultura, cuales son: la prohibición del incesto, la prohibición de darle muertes al padre o prohibición del parricidio y la prohibición del canibalismo, representadas estas dos últimas en la prohibición de matar y comer el tótem. <br />
<br />
Estos acercamientos de Freud a la reconstrucción de lo que pudo haber sido el origen de la civilización, han sido ampliamente analizados cuando no cuestionados por la antropología, sin embargo, en nuestra experiencia, tendríamos que entenderlos a la luz de la instauración de la cultura en el sujeto individual, de tal manera que hemos de decir que lo que constituye una verdad individual se establece como una verdad de la especie, en tanto que se aplica a todos los individuos de la misma con variantes diversas, o lo que es lo mismo, con matices diversos en cada cultura. En cierta medida lo que termina por confirmar el sujeto en proceso de análisis o terapia analítica, es el deseo de darle muerte al padre a quien imaginó omnipotente y con el poder sexual en relación con las mujeres de casa, su pequeño mundo, y aún con los hermanos. Es en el desarrollo singular y cuando el niño esta en la situación fálico-edípica cuando revive con toda la fuerza de las pulsiones el deseo de sustituir al padre y obtener lo que siente como privilegios exclusivos de aquel. Son anhelos de libertad absoluta experimentados de forma inconsciente por todo sujeto, donde los placeres son irrestrictos y la fantasía dominante es la de eliminar todo lo que se interponga en el camino a la satisfacción. <br />
<br />
El sujeto pone así en escena una serie de representaciones que adquiridas o no, como legado de la especie, hablan de sus fantasías incestuosas y el deseo de matar al padre, como representante más inmediato de la ley, para que no se interponga en su satisfacción, también es corriente encontrar fantasías en el sujeto neurótico, mediante el trabajo analítico, que hablan de los deseos de matar al padre y comerse las partes vitales de éste, las que representan aspectos de poder como el pene, el corazón y la cabeza. <br />
<br />
El deseo de darle muerte al padre es también una forma de personalizar un conflicto interno, pues en la imaginación de cada uno siempre hay alguien que goza absoluta e irrestrictamente, alguien que no tiene que renunciar a ninguna forma de satisfacción pulsional, y es el padre quien termina personificando a ese ser imaginario, razón por la cual, acabar con él sería poder acceder a su posición, dado que, como ya lo dijimos, el padre es también en quien personificamos la instancia normativa. Entonces el padre adquiere así dos características contrapuestas: alcanza la satisfacción absoluta e impone para el niño la renuncia, lo que deja la sensación de que se reserva todas las satisfacciones para sí, mientras las prohíbe para los otros, matarle sería suprimir la restricción y adquirir el poder, los privilegios que se supone le pertenecen. Se asume en tal sentido al padre como a la propia figura del tirano, entendida ésta como aquel que en lo social se hace con el poder y somete bajo su férula y capricho a los integrantes de la sociedad, borrando así las libertades y prerrogativas que concede el Derecho. <br />
<br />
Pero, </span><span style="font-size: x-small;">al menos hipotéticamente, </span><span style="font-size: x-small;">ese alguien que goza sin restricción alguna es el ello, el cual, en su estado ideal es representado por el diablo, ser mitológico del catolicismo que, como propone Freud, representa al padre “malo” o pecador absoluto. En el análisis de algunas zoofobias se ve claramente cómo el animal que es admirado por el niño termina luego siendo profundamente temido, y lo que tanto admira en aquel es que puede satisfacerse de forma directa sin tener que reparar en normas o restricción alguna. Queda así en la zoofobia representado el temor a lo que profundamente se desea: la satisfacción irrestricta y absoluta. <br />
<br />
Entonces no hay vivencia individual mas potente que nos lleve a reproducir la muerte del padre como hecho fantasmático, que el deseo de vivir las satisfacciones pulsionales a nuestras anchas y gozar de las complacencias que </span><span style="font-size: x-small;">atribuimos </span><span style="font-size: x-small;">a aquel en el supuesto de que al menos hay alguien que puede gozar sin consecuencias, alcanzando grados absolutos de satisfacción, bajo el supuesto de un protopadre injusto que se reserva los objetos y las formas de placer, mientras nos niega o restringe toda satisfacción, o al menos, las más esperadas. <br />
<br />
El examen de la realidad hace notar a cada quien, lo ilusorio de esos deseos, se da cuenta que no puede alcanzar la posición del padre, que muy a pesar suyo habrá de asumir la condición de hijo, entonces </span><span style="font-size: x-small;">ya que no puede obtener los privilegios del padre </span><span style="font-size: x-small;">aspira a que se le trate en igualdad de condiciones que a sus hermanos: tiene esto que ver con el deseo en todo niño de ser el único en la relación, primero con la madre, de la que quiere su total concentración en él, lo que le lleva a querer borrar toda probabilidad de que aparezca algún competidor, por ejemplo, imaginando que ataca el vientre de la madre para que no tenga mas hijos o eliminando desde el vientre los competidores posibles, o atacando desde la fantasía, el cuerpo de la madre para eliminar los bebes que imagina como pobladores del mismo. <br />
<br />
Mientras tanto va entrando en escena el padre, en un principio rivalizará con él del mismo modo como lo haría si apareciera un hermanito u otro agente que le robe las atenciones y el cariño de la madre, poco a poco se dará cuenta que aquel no solo le compite el amor de la madre sino que es el verdadero “dueño”, que tiene su posición bien definida entre aquellos: es el hijo para el cual esta prohibido el acceso carnal a la madre, tendrá que irse resignando a que aquel definitivamente le aparte de la relación amorosa que ha soñado con la madre, aceptando la superioridad física y psicológica del mismo, mientras que con los hermanos quiere ser, al menos el privilegiado de los padres, que le quieran por encima de los demás y le traten con una consideración especial, su fantasía es que aquellos le tengan en cuenta en todo y le participen de sus relaciones más íntimas: las sexuales y las agresivas, imagina estando en medio de los dos dándoles placer del modo como imagina pueda ser para ellos mas placentera, que le estimen tanto como estiman el pene en los intercambios íntimos y hacerse imprescindible para aquellos. <br />
<br />
Se conforma con el trato equitativo de los padres con relación a los demás hermanos, que si no puede ser el primero para sus progenitores, que tampoco sea tenido en menos. <br />
<br />
Es dentro de la vida familiar donde tiene sus asientos y se gesta el ideal de justicia y equidad, es allí donde tiene sus orígenes el Derecho entendido como el pacto social de convivencia en igualdad de condiciones y derechos. <br />
<br />
Dice Freud en el malestar en la cultura a este respecto, que el paso de la sociedad primitiva como forma primera de organización, a la conformación de los estados, estuvo motivado por el intento de arrebatarle el monopolio del poder al mas fuerte mediante la unión de los mas débiles, fue una forma de darle estabilidad a la misma organización social, ya que el poder era arrebatado cada vez que el caudillo decaía en su vitalidad o aparecía alguien mas fuerte. <br />
<br />
El estado aparece como el resultado de una alianza, un acuerdo entre los individuos para erigirlo como instancia reguladora y agente que vela por la justicia y así, mediar en las relaciones entre los ciudadanos. Lo que nos permite decir que cada sujeto espera ver representado en la organización estatal sus intereses, o al menos como instancia de regulación de los intereses privados para hacer valer los intereses públicos, haciendo que prevalezca el bien común sobre el bien particular. <br />
<br />
No parece haberse dado en Colombia una transición de la organización social primitiva al estado moderno, pues la organización estatal, por lo que se conoce de la historia de la república desde 1819 (no la historia oficial manipulada e impuesta) parece que se dio como una farsa donde los comerciantes y hacendados, actuando como bandidos bucaneros llegaron al tiempo por el poder, hicieron el “mas justo acuerdo”, se repartieron el “marco de la plaza” como dice Neruda en su poema<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn4">[4]</a>, los racimos mas jugosos de la patria o se enquistaron como fervorosos partidarios de una supuesta causa libertaria para traicionar, moldear las leyes y las instituciones a la medida de sus intereses, o se hicieron leguleyos, erigieron un estado para administrar sus propios intereses y siempre que un compatriota levanto su voz de protesta, puso de frente su dignidad, nuestra dignidad, para reclamar o protestar, lo eliminaron, le enviaron al presidio, al cepo o le impusieron el exilio, constituía una amenaza para el nuevo orden, necesitábamos quien nos libertara de los libertadores. <br />
<br />
Pero el sátrapa </span><span style="font-size: x-small;">tuvo </span><span style="font-size: x-small;">siempre la dignidad de ladrón: tuvo miedo a que los esbirros del norte o el capital tras-nacional, declararan ilegitimo su poder, descubrieran la verdad tras la “santa democracia” erigida como fachada para el vil mercado del engaño, la mentira. Con su rabo de paja se asomo a la candela de los nuevos colonizadores y prosternándose agacho la cabeza, se mostró sumiso y obediente, aceptó ceder parte de sus privilegios haciéndose compinche de aquellos para el atraco popular. Repartió garrote, impuso cargas tributarias, a sangre y fuego impuso las ordenes del tirano, moldeo a su amaño la estructura social, declaro neo-liberal al estado para justificar la obligada entrega al poder multinacional, se pertrecho contra el inconformismo generalizado, declaró estados de sitio, estados de excepción, justifica elevados presupuestos en una guerra donde sus sabuesos también obtienen grandes tajadas del pastel. <br />
<br />
Da esto origen a un interrogante ¿Cuál es el sentido de justicia en el estado colombiano? Cuando llegaron los españoles a América mancillaron la cultura amerindia. A fuerza de sangre, saqueo, dominación, castigo y adoctrinamiento sometieron a los indígenas arrasando sus líderes, sus costumbres y tradiciones; erigieron la religión suya como la única verdadera y a sus dioses como los más elevados y poderosos del "Olimpo". Inculcaron la culpa del sexo y el deber absoluto de obediencia al tirano, y parecían en varios aspectos ser enviados de una divina providencia. <br />
<br />
Tres siglos pasaron hasta la emancipación del pueblo contra el poder español, pero quienes promovieron la gesta revolucionaria fueron los nuevos dueños del poder: comerciantes y terratenientes hambrientos del botín y la expoliación, quienes no siendo capaces de aportar el dinero para la causa libertaria, aportaron poco o muy poco de su capital, por lo que el gestor principal de la causa, Simón Bolívar, se vio obligado a buscar crédito con el floreciente imperio inglés para poder terminar la campaña libertadora. Se conformaban así los "héroes" criollos con ser intermediarios de un nuevo poder colonial con tal de asegurarse su parte en el saqueo y la rapiña. <br />
<br />
Fuimos primero colonia española, luego inglesa, pasando mas tarde a la dominación norteamericana y finalmente al capital mundial que tiene su asiento principal también en los Estados Unidos de América. La clase dirigente de estos países que se alzó con el poder, no sólo ha reproducido la alienación cultural, económica y política al mantener al pueblo en la miseria intelectual y el adoctrinamiento religioso, sino que también, al ser vasallos fieles del sistema de opresión internacional o del imperio de turno, se han puesto como gendarmes o guardianes directos de la hegemonía o dominio imperial al ser los mensajeros y ejecutores de las políticas coloniales y neo-coloniales. <br />
<br />
Hay detrás de una actitud tal, un auto-desprecio, una minusvalía personal que delata su estado de dependencia por parte de los dirigentes, donde el temor a perder los privilegios suyos, junto con la culpabilidad inferiorizante les ha puesto como dice el filósofo colombiano Fernando González "con un pie hincado en tierra para el extranjero y un garrote en mano para el coterráneo"(1971). <br />
<br />
Se han asumido los dirigentes nuestros como seres inferiores a los colonizadores, a los cuales hay que agacharles la cabeza<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn5">[5]</a>. Y bajo sus intereses egoístas, la dignidad suya queda pisoteada por el imperio, dignidad pírrica que proyectan en el pueblo, produciéndose lo que en psicoanálisis se llama la identificación con el agresor, en donde, de un lado se le da la razón al tirano, y de otro, se adopta el despotismo de aquel contra los otros o contra sí mismo. Para el caso nuestro, al menos lo que parece más visible, es el pueblo propio el que es despreciado, devuelve el politicastro con creces contra su gente la inferioridad que ha sentido frente al extranjero dominante. Adopta no sólo las actitudes del conquistador sino también su ideología con la cual se convence y convence a su pueblo de que el tirano finalmente tiene la razón, por ejemplo, de que hay que ser muy juiciosos sacrificando el derecho a la educación y la salud para pagar una impagable deuda contraída con la banca internacional de usura. Neutraliza o anula la propia iniciativa y la del pueblo, quedando librado a la voluntad y aspiraciones del amo, claro está, en lo que tiene que ver con las iniciativas de mejoramiento de condiciones para sus gobernados, pues para sus intereses particulares esta continua intacta. Se ha asumido una actitud de auto-desprecio donde París o Nueva York, Londres o Madrid son portadoras de la "auténtica" cultura y de los ideales culturales más elevados, mientras lo propio, o no merece el auténtico reconocimiento, o hay que sentir vergüenza por ser sus portadores. <br />
<br />
Se supone que los habitantes del país nuestro hemos delegado en el estado y en las instituciones las mas hondas aspiraciones de justicia en todo el sentido de la palabra. Es la justicia soporte, y razón de ser mas fundamental, de la vida en sociedad, puesto que según se propone en la carta constitucional, ella abarca el reparto de poder y la restricción del mismo, la igualdad de oportunidades, de derechos y deberes. Se supone que todos nos suscribimos a las normas (por cierto ubicuas y exhaustivas en Colombia), las mismas que apuntan a defender el bien común, que propenden por librarnos de las voluntades particulares e intereses monopólicos, cediendo en nuestras libertades egoístas, primarias y anárquicas. <br />
<br />
En Colombia la constitución política consagra la justicia como un principio inalienable, es un elemento rector que da origen a toda institución democrática y constituye uno de los ejes centrales de todo orden social que se erija sobre el derecho democrático y que busque preservarse en el tiempo. Sin embargo, parece más motivo de discurso y de exaltación ideativa. Pues en la practica, en la realidad de los hechos se evidencia que todo parece un lindo sueño, una utopía o un ave esquiva que rehúsa asentarse en nuestro territorio, la sociedad que tanto anhelamos parece estar condenada cada vez a posar sobre el papel y los grandes discursos de políticos y lideres sociales, pues la realidad parece poner mas distancia frente al ideal; así es en el plano de lo económico, cuestión que confirmamos en las estadísticas crecientes de indigencia, pobreza desempleo, sub-empleo y empleo mal remunerado y con pocas garantías de dignificación. Para muestra un botón: mientras la economía nacional creció cerca del 15% en el periodo 2004-07, el nivel de pobreza pasaba según el censo del Sisben, de veinte millones a treinta, y la indigencia sumaba ocho millones. Son cifras escalofriantes cuando apenas contábamos con cuarenta y cuatro millones de habitantes. En el campo del empleo, ni se diga: “En Colombia tienen corroído el carácter más de 2 millones quinientos mil desempleados, siendo la cifra más alta de América Latina, según datos disponibles en Bloomberg para 11 naciones del continente. Aquí, al desempleado lo tenemos prácticamente tirado en el pavimento. Colombia tiene un porcentaje de dos dígitos en desempleo, el 12%, el más alto de América Latina, y la informalidad ronda el 59%. Y el resultado para las empresas son altos dividendos económicos y para los trabajadores altos grados de ansiedad y pauperización<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn6">[6]</a>. <br />
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También en el campo de la operatividad del aparato judicial, Colombia deja mucho que desear, pues según Camilo Romero en su libro Del Secuestro Y Otras Muertes, de cada cien sujetos que cometen actos delictivos en Colombia sólo entran a la cárcel el 10%, el otro restante 90% o “no son casos denunciados, no son perseguidos o no son condenados”<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn7">[7]</a>. De la totalidad de la población carcelaria sólo el 25% esta condenada en segunda instancia, lo que indica que el restante 75% pueden ser inocentes con cerca de un 48% que apenas están sindicados<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn8">[8]</a>. Y la gran mayoría son de las clases menos favorecidas, son “…los forzados a delinquir porque no han tenido la posibilidad de sobrevivir sino al margen de la ley. Estos últimos, capturados por millares, componen el grupo mas amplio de la población carcelaria. Son personas con tradición familiar en la delincuencia, que dependen del trabajo marginal y delictivo, carentes de medios personales familiares y sociales” <a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn9">[9]</a></span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
Predomina así una impunidad que no es producto de la casualidad, pues como bien lo sugiere Claudia Cáceres (2008)<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn10">[10]</a>, es parte de la dinámica que el sistema mantiene para perpetuar el estado de violencia, así nos dice: “la impunidad no se produce por la ineficiencia del estado, ni por falta de información o de recursos técnicos o por su incapacidad para dar respuesta a estas situaciones. Por el contrario, hace parte de la lógica que rodea o determina estos crímenes, es precisamente esta impunidad la que brinda todas las garantías para que los crimines sigan siendo cometidos, para que los victimarios puedan seguir actuando, para que los responsables no sean castigados”<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn11">[11]</a></span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
Cabe la pregunta ¿Por qué le interesa a los dueños del poder mantener el estado de violencia y de injusticia? Es un tema muy discutido y un poco gastado en las lecturas sociológicas que proponen la ley del miedo como forma de sometimiento, sin embargo queremos referirnos aquí a otro aspecto y es el de la culpa, aspecto que apunta mas a las dinámicas psíquicas, sin dejar de reconocer que la ley del miedo tiene su parte. Donde no hay culpables todos somos culpables ante nosotros mismos y sospechosos ante los otros, “quien este libre de culpa que tire la primera piedra” reza la cita bíblica que maniqueamente invita a callar las injusticias, los atropellos, a no reconocer y señalar a los responsables de pequeños y grandes crímenes, pues si usted es culpable ¿con que derecho reclama? Siendo este un principio con el cual la aristocracia, y últimamente cleptocracia ultramontana gobierna y ha gobernado el país, ya que si todos somos culpables no hay porque reclamar, hay que seguir escondiéndose, pues todos tendríamos rabo de paja. La responsabilidad de unos pocos se diluye como culpa colectiva, en una semejanza asombrosa con el funcionamiento económico: se socializan las perdidas, se privatizan las ganancias. Lo que en el funcionamiento de la in-operaratividad de la justicia se presenta en el beneficio para el hampa mientras el colectivo carga con la culpa de la criminalidad impune. <br />
<br />
Por otro lado, la culpa es la que alimenta el fracaso individual, la enfermedad somática y psíquica y en especial, para intereses de las castas dominantes. De otro lado, la socialización de las culpas nos empuja a muchos a la indiferencia como reacción defensiva. Se trata allí de negar la responsabilidad que se nos quiere endilgar, como quien diría: “a mi no me echen culpas que yo no participo en nada, no tengo que ver con ello”, con todas las desventajas que ello trae como la apatía social, insensibilidad frente al sufrimiento ajeno, entre otros. <br />
<br />
Todos y cada uno tenemos algo de admiración, aunque sea secreta, por quien comete actos criminales en la medida que también desearíamos transgredir, pero nos disuade, en parte, la sanción social o de la supuesta divinidad, o las dos, es decir en la medida que sabemos que alguien nos puede castigar dejamos de lado dichos propósitos, de tal modo que cuando no se ha introyectado la norma o ésta no esta sólidamente instalada en la vida interna, lo que sirve de contrapeso a nuestros deseos es la coerción externa, coerción que está representada en las instituciones judiciales, pero si éstas no funcionan o tienen unos márgenes tan escasos de efectividad como en el caso colombiano, queda abierta la posibilidad de pasar de la tentación al acto, de la admiración hacia el llamado criminal a la emulación concreta, pues lo tabúes culturales se mantienen en la mayoría de casos en tanto pende sobre nuestra cabeza la amenaza del castigo. Si atrevernos a propasar las normas nos enfrenta a cualquier tipo de sanción y ésta no es mas que una remota posibilidad, delinquir puede convertirse en una forma de vida. <br />
<br />
De otro lado, ni que decir de la opresión social que realizan tanto el estado como los grupos al margen de la ley, quienes expropian, desplazan, extorsionan, amenazan, secuestran, trafican con drogas ilícitas, eliminan sindicalistas, periodistas y lideres sociales, pero finalmente no aparecen los culpables y si aparecen están por fuera del alcance del sistema de justicia ya porque compran jueces, fiscales, testigos, eliminan pruebas y testigos, chantajean, entre otras, o ya por su estado clandestino. <br />
<br />
En la medida que el sistema de justicia goza de un perfil de tan baja operatividad, estimula el delito antes que disuadirlo, genera una consciencia en el individuo con fuertes tendencias al mismo, como que si lo “agarran” es por de malas, y mientras tenga dinero y/o cómplices en el sistema podrá evadir la justicia. <br />
<br />
De otro lado, cuando la situación individual esta fuertemente inclinada hacia los actos delictivos, la identificación con quienes utilizan la delincuencia como medio de poder tiende a hacerse manifiesta, pues inconsciente o conscientemente nos decimos “si alcanzar el poder significa pasar por encima del otro, echar al traste los principios y valores sociales, entonces que mas da”. Y es que inconscientemente percibimos a quien triunfa haciéndose con el poder y el respeto de los demás como modelo, de ese modo quienes alcanzan un poder así sea local en una comunidad, se convierten en alguien digno de emular, no importa los medios. De ello da muestra el que los niños que ven pasar al matón del barrio o al jefe de banda quieran imitarle o den muestra de alguna admiración, ya que lo importante en la mentalidad infantil es alcanzar una posición semejante, primando allí mas las posiciones egotistas que las altruistas, pues estas últimas se construyen y se refuerzan en los procesos de socialización, sin querer decir con ello que muchos niños no presenten ya tempranamente actitudes filantrópicas. En el campo de lo social queda ello mucho mas lícito si los que delinquen son aquellos denominados padres de la patria o los llamados ladrones de cuello blanco, quienes supuestamente avalan o no la institucionalidad. <br />
<br />
En nuestra realidad inconsciente continuamos siendo los niños a los que no nos importaba si nuestros modelos eran o no altruistas, éticos o trasgresores, lo importante allí era que aquellos alcanzaban lo que querían, les veíamos como triunfadores, luego en el proceso de socialización fue donde aprendimos los valores de convivencia, el respeto y la consideración por el semejante, entre otros, si esos modelos los comportan. Y si muchas de las autoridades sociales, que son a la vez morales, sustitutos de las autoridades infantiles, no tienen la posición ética que predican, ostentan posiciones sociales y económicas que han ganado robándole al mismo estado o manipulando las leyes para su beneficio, señalan un camino de delincuencia e impunidad como modelo de interacción social. Entonces el estado, en manos de politicastros demagogos, de funcionarios corruptos, como dice Libia E. Ramirez, se convierte “en un padre que no representa la ley, él mismo es la ley, en tanto no reconoce una ley mas allá de la suya y la ejerce de manera caprichosa y autoritaria, en beneficio personal, desconociendo los ideales (necesidades y demandas<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn12">[12]</a>) comunitarios”<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn13">[13]</a>. <br />
<br />
Si lo que vemos a diario es que el sistema estatal es utilizado por los grupos en ascenso económico, por los dueños del poder productivo, los puestos burocráticos es una torta que se reparten los politicastros para alimentar el sistema de corrupción, el estado sólo puede aparecer como una organización codiciable para quienes la sed de poder se orienta hacia lo económico y el dominio y manipulación de los otros. Cabe aquí citar a Carlos Gaviria cuando invoca a Platón: “la propuesta platónica consistía en que el filósofo sería el que gobernara, pero sobre la premisa de que el hombre sabio y el virtuoso son uno mismo y que la tarea del gobernante es ante todo una tarea pedagógica: demostrar cuál es la virtud y cómo se practica. Aquí, por el contrario, y no creo que a alguien le quede duda, para lograr la reelección se compraron votos y se sobornó gente<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn14">[14]</a>. Si ese ejemplo se da desde arriba, ¿qué conclusión puede sacar el ciudadano corriente? Si estamos en una guerra y para ganarla hay que matar inocentes ¿hay que hacerlo? pues entonces no nos quejemos de que haya en Colombia ese irrespeto total por la vida y una especie de anomia, en el sentido de que las reglas –ni las jurídicas, ni las morales– son capaces de conducir a la convivencia por cauces de civilización” <a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn15">[15]</a>, la cuestión es pues hasta de sentido común, ya que si los conductores de la sociedad son inferiores a la misión pedagógica, se muestran interesados solo en el beneficio personal o de ciertos grupos, familiares y/o sociales, engañan desde sus posturas demagógicas, manipulan sin escrúpulos, pues, qué se podría esperar del hombre común. En esta perspectiva hay es que darse por bien servido con respecto a lo que pasa en Colombia, ya que el descontento crece en las mayorías excluidas y los sistemas de opresión y alienación social son los medios de control contra el inconformismo creciente. <br />
<br />
A este respecto el reconocido psicólogo social Ignacio Martin Baró propone: <br />
<br />
<i>"casi sin darnos cuenta nos hemos acostumbrado a que los organismos institucionales sean precisamente lo contrario de lo que les da la razón de ser: quienes deben velar por la seguridad se han convertido en la fuente principal de la inseguridad, los encargados de la justicia amparan el abuso y la injusticia, los llamados a orientar y dirigir son los primeros en engañar y manipular"<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn16">[16]</a>. </i><br />
<br />
Aunque aquello lo dice basado en lo que percibe en la sociedad salvadoreña de finales de la década de 1980, se aplica con mayor rigor y para todos los tiempos a nuestra sociedad colombiana, pues como sabemos, las oligarquías se las han arreglado, en especial con el poder que otorgan las armas y la fuerza bruta, para alzarse con el aparato estatal y de gobierno. <br />
<br />
Ya para el caso de quienes tienen las mismas tendencias y son excluidos de los beneficios, oportunidades que ese mimo sistema ofrece, les queda el camino de la oposición en varias direcciones: se convierten en grupos políticos que aspiran al poder, conforman grupos de oposición armada cuando el estado se des-legitima a sí mismo al ser unos pocos quienes se alzan con el poder, mientras aparecen los llamados delincuentes, quienes identificados con el tirano buscan el poder por la fuerza. Hay un tercer grupo que no busca el poder en sus formas directas o ha renunciado a él debido a las inhibiciones internas </span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
Caben aquí las palabras del poeta: </span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
<i><span style="color: #073763;">Aquí nos toca llorar mientras vemos al pobre pasar,</span></i></span> <i><span style="color: #073763; font-size: x-small;"><br />
la impotencia carcome nuestro pecho<br />
porque el derecho funciona muy lindo en el papel:<br />
mientras la justicia cojea y pocas veces llega<br />
el crimen campea, el juez como el diputado se unen al criminal<br />
para salvar la santa democracia y como si fuera poca gracia,<br />
entregan el país con tal de beber en la copa del potentado o <br />
recibir la migaja que sobra en la danza del millón.<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftn17">[17]</a></span></i> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
<br />
Notas pie de página.<br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref1">[1]</a></span> <span style="font-size: x-small;"> Camilo Romero, Del secuestro y Otras Muertes, 2003, p.21. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref2">[2]</a> Según Carl Sagan Y Ann Druyan en Sombras De Antepasados Olvidados. Bogotá: Planeta 1992. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref3">[3]</a> La creencia del retorno de los muertos es algo inconsciente en la actualidad y aparece bajo el mito de los muertos vivientes de las películas y de algunos duelos patológicos, entre los hombres primitivos era una realidad que llegó a cobrar una fuerza tal, entre algunos pueblos. que los egipcios, por ejemplo, construyeron los grandes sarcófagos de piedra para evitar el retorno de los muertos y enterraban a estos con sirvientes y provisiones para que pudieran sentirse confortables sin anhelar nada de lo que tenían en vida. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref4">[4]</a> Las oligarquías, obras completas tomo 1. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref5">[5]</a> Hay que ver a Uribe junto a Busch, parece querer escurrirse, se encorva y le hace la venia cual niño frente a su padre amado y temido. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref6">[6]</a> La Corrosión del Carácter. Mauricio Castaño, en el tiempo. Abril 29 del 2009. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref7">[7]</a> (p40). <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref8">[8]</a> 26.838 sindicados de 62541 para el 2003 según estadísticas del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref9">[9]</a> op cit p. 42. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref10">[10]</a> Citada por Gonzálo Sánchez G. et al, en Trujillo: una tragedia que no cesa. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref11">[11]</a> Ibid, p.22 <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref12">[12]</a> Lo del paréntesis es nuestro. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref13">[13]</a>Libia E. Ramirez. Psicoanálisis, Cultura y Contemporaneidad, un referente para leer las nuevas formas de expresión de la violencia. En revista FUNLAM vol1,no2, feb. 1999, pg.79. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref14">[14]</a> Se refiere a la compra del voto de los diputados Yidis Medina y al parecer Teodolindo Avendaño por parte del gobierno de Uribe Velez. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref15">[15]</a> En entrevista concedida a Margarita Vidal, publicada en El País de la ciudad de Calí, el 25 de Enero de2009. <br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref16">[16]</a> Ignacio Martin Baró, citado en Ignacio martin Baró, 1942-1989, pag 4. <a href="http://www.uca.edu.sv/martires/ignaciomartinbaro.htm">http://www.uca.edu.sv/martires/ignaciomartinbaro.htm</a></span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<a href="http://e1.mc342.mail.yahoo.com/mc/welcome?.gx=0&.tm=1268097703&.rand=3scukc83j989d#_ftnref17">[17]</a></span> <span style="font-size: x-small;"> Poema inédito del mismo autor de este texto. </span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-43723568403920066212010-03-01T02:14:00.000-05:002010-03-01T02:16:53.142-05:00El Origen Del Cuerpo<div style="text-align: justify;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S4tpBXaVoUI/AAAAAAAAAq8/20586IqxcJQ/s1600-h/JGA_cuerpo_psikebaCuerpo20.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="214" src="http://4.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S4tpBXaVoUI/AAAAAAAAAq8/20586IqxcJQ/s320/JGA_cuerpo_psikebaCuerpo20.jpg" width="320" /></a><br />
<div style="text-align: center;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> <b><span style="font-size: large;">El Origen Del Cuerpo </span></b></span></span></div><span style="font-size: x-small;"><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /></span><br />
<div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> <b style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><i>Fernando Calle Valencia </i></b></span></span><b style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif;"><br />
<span style="font-size: x-small;"><i> Psicólogo social y psicoanalista </i></span></b></div><span style="font-size: x-small;"><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Solemos engañarnos con respecto a lo que constituye la corporeidad, dado que la medicina nos ha transmitido y ha difundido la idea que, el cuerpo es una entidad natural, se ha llegado a tratarlo como a uno de los objetos de la ciencia positivista. Esta ciencia, presume que aquel, responderá del mismo modo (todos igual) a los compuestos químicos llamados remedios o medicinas, aunque la realidad muestre de modo permanente, hechos que dan cuenta de la potencia que cobra la subjetividad tanto en el estado de salud como en el de enfermedad, y es en las llamadas curas milagrosas, con justificaciones tales </span></span>como<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> rituales religiosos, el vudú, entre otras, que la eficacia curativa de la palabra, da cuenta de esa potencia. La ciencia positiva, no toma en cuenta que en la medida en que el cuerpo es una entidad construida por el sujeto, en ese sentido el cuerpo esta atravesado por la subjetividad</span></span> <span style="font-size: x-small;"><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn1" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[1]</a><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">, y requiere entonces, de ser entendido, escuchado, en lo que permita el alcance de la palabra. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Pero asimismo nos engañamos cuando concebimos el cuerpo como entidad que estaría por fuera de las dinámicas internas y las variaciones emocionales y mas bien como supeditado a las leyes biológicas, las implicaciones medioambientales y los cambios fisico-químicos. Al dejarnos conducir por el desconocimiento de la realidad de lo inconsciente y al no poder mas que navegar por la superficie de lo que constituye la vastedad de la realidad interna, esto es, al dejarnos persuadir por la conciencia racionalizadora y limitada nuestra; seguimos engañándonos. Y por sobre todo, nos dejamos engañar por lo que cada uno hemos construido con relación al cuerpo pues, sin darnos cuenta, lo tratamos como parte externa y proyectamos en aquel, aspectos que corresponden a las demandas pulsionales, a las exigencias del ello o aún, a las demandas del yo no reconocidas o no aceptadas en nosotros mismos. De tal forma, el cuerpo aparece, muchas veces, como una realidad que no nos pertenece, aunque tengamos que enfrentarla y lo hacemos, poniéndonos en otras manos: las del medico, las del curandero, las del exorcista, el chaman, entre otros. Es por ello que comenzaremos este texto de psicosomática planteando el problema del cuerpo como parte de la realidad inconsciente y como campo de investigación del psicoanálisis, para proponer un primer acercamiento y de paso, aclarar, cuál es la posición de la ciencia psicoanalítica en relación con el cuerpo. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Para tratar esta problemática es conveniente diferenciar entre organismo y cuerpo, entendiendo lo primero como una organización plenamente biológica, la cual ha comenzado con la concepción, dando paso al embrión, luego al feto y finalmente al bebé. El organismo requiere estar conectado en la simbiosis, al cuerpo de la madre, luego ser atendido y alimentado para que se mantenga; el cuerpo por su parte, es un constructo cultural que tiene su fundación en la relación con el otro, tanto en lo que aquel le hace sentir, las sensaciones que le despierta en los cuidados y atenciones que le brinda, como y por sobre todo, en la manera como ese otro,se relaciona con el bebé: el afecto que le brinda, la forma de sostener con aquel un contacto. Caben aquí las palabras de Anny Cordié cuando dice: “hemos olvidado que nuestro cuerpo nos ha sido dado, pero que tenemos que construirlo en lo imaginario y en lo simbólico, que debemos habitarlo, que tenemos que hacerlo nuestro”(2004). Es en el encuentro con el otro donde se comienza a construir el cuerpo y de manera paulatina, en cada encuentro con ese otro que suaviza los estados de tensión, que da soporte al organismo y le hace vivir, a la par que le pone limites, lo norma y se ofrece como modelo para las identificaciones que son en este sentido, corpóreas; se construyen trozos de realidad somática. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Pensar entonces que el cuerpo es una construcción tazada en vivencias, experiencias y contactos con los objetos, es concebir que el cuerpo es en esencia, inconsciente y que, es de orden cultural. Este pensar y concebir de este modo el cuerpo, nos pone en un plano diferencial con respecto a los animales, en tanto éstos nacen como organismos, que si bien dependen de otros para subsistir y tienen una gradación con respecto a la dependencia afectiva, se encuentran supeditados a la programación genética, de modo predominante</span><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn2" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[2]</a><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">. Ese cuerpo que es creado en el campo cultural llevará las marcas que cada relación temprana, cada familia, grupo social, cada época le impongan, esto sin dejar de tomar en cuenta el inter-juego de aceptación o rechazo que cada quien establece con sus pulsiones. </span></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> El neonato, entonces, podemos definirlo como un organismo que va enfrentando una serie de experiencias tan significativas que, dejan huellas. Estas huellas se inscriben en el campo psíquico como representaciones pulsionales cargadas de afecto, estas representaciones varían en sus intensidad y se relacionan con aspectos diversos de la sexualidad, o de lo que Freud llamó sexualidad polimorfa, es decir con las zonas erógenas al igual que, con las tendencias destructivas inherentes. En el campo del organismo, viene a ser inscrito el camino que señala la vía para la satisfacción de las necesidades, quedando estas, supeditadas, en gran medida, a las variaciones emocionales; la aceptación o el rechazo de las tendencias pulsionales. Esto en un principio se da tan solo desde las coordenadas psíquicas, pues dada la inermidad en que se encuentra el neonato, esas impresiones primeras no le sirven más que para el robustecimiento posterior de los indicios de realidad que le ayudaran a construir un sentido de objetividad o, para la construcción de un repertorio modelador de las formas particulares de relación con los objetos y consigo mismo como realidad doble: un cuerpo y un ello vistos como por fuera de si y un si mismo en el que se reconoce e identifica. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Como se verá, el organismo es para el neonato una realidad que no solo tiene que ser asimilada sino que además, representa una fuente de exigencias. </span></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Esta realidad exigente y a asimilar, penetra en la vida psíquica rompiendo la homeostasis, interrumpiendo el estado de bienestar que traía el bebé desde el útero. ¿Cómo? En la medida en que pone al bebé, en tensión. reclamándole, despliegue condiciones para la satisfacción y propiciando uno de los polos del conflicto psíquico: las demandas internas. Estas demandas, en la medida en que chocan con otras exigencias como las de orden moral o normativo exterior, son fuente creadora de conflicto intra-psíquico. El encuentro del sujeto con esas exigencias pulsionales; ya porque le resulten o no tolerables o porque la interdicción y la permisión del medio respecto de las mismas junto con la forma como la madre y los cuidadores acepten o no su propio cuerpo, van a ser los tres componentes básicos de lo que llamaremos complejo-cuerpo. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Vamos a ampliar estas ideas a la luz de lo que Freud llamó pulsión, represión primaria e identificación. </span></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Según descubre Freud, el neonato es un amasijo de órganos, cada uno con sus funciones específicas, con un potencial psíquico que requiere de la interacción con el otro, --entendido este otro como la madre, la norma y la ley--, para que sus potenciales se activen, pasando algunos, poco a poco, a convertirse en capacidades. Así las cosas, de todo sujeto al nacer, tenemos que hablar del comienzo a su vez, de un proceso de hominización. Dicho proceso se inicia con la inscripción en la vida psíquica de las demandas orgánicas que tomarán el rango de pulsiones y demandas que en adelante, estarán mediadas por la cualidad psíquica. En otros términos, el organismo se inscribe en lo psíquico, es aprehendido a lo largo del periodo temprano llamado infantil y de este modo, pasa a convertirse en cuerpo o soma, lo que cabe apenas como una posibilidad ya que si el crío humano fuera sometido a la relación con otra especie desde los comienzos de la vida extrauterina, aprendería a ser animal, tal como lo enuncia en parte, la leyenda de Tarzan o como el caso del niño lobo. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Como corolario, vale decir que el crío humano es plenamente moldeable por el medio en el cual nace y, sobre todo, con el cual interactúa, quedando el cuerpo y la relación con él, estatuidos con las marcas del medio y con el encuentro subjetivo de ese sujeto con el campo pulsional. De tal manera que, se es humano en la medida en que estamos atravesados por las marcas que la relación con el otro va dejando, en la medida en que accedemos a una serie de satisfacciones, y sobre todo, en la medida en que vamos siendo inscritos en el deseo del otro, al igual que normados por lo que culturalmente nos ha sido transmitido. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Con esto también estamos queriendo decir que el neonato, en la medida que es atendido, cuidado y satisfecho en sus demandas básicas, va recibiendo unas impresiones que le facilitan el encuentro primero con sensaciones y estímulos que van dejando una serie de vivencias placientes y displacenteras en el campo de lo psíquico. Estas vivencias que en adelante el pequeño querrá buscar o evitar según se vaya complejizando el campo del deseo y según las tendencias eróticas o destructivas predominantes. Son estas impresiones las que constituyen lo que podemos llamar el registro primero del campo somático en el psiquismo. Entonces, primero son las necesidades fisiológicas que el recién nacido requiere le sean suplidas, a partir del contacto con los objetos quedan unas huellas sobre el aparato psíquico, las cuales están compuestas por representaciones y afectos, lo que va a constituir las pulsiones. Ellas se van a contraponer al instinto propio del animal, el cual se ve ampliamente supeditado por la programación genética y no necesita de mucha interacción para poder saber qué hacer con sus demandas internas, pues viene al medio extrauterino con un repertorio comportamental inscrito a través de los genes y las condiciones fisiológicas que le habilitan para su desempeño. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> En otros términos, el sujeto no nace con su organismo inscrito en el campo psíquico, requiere de las experiencias de satisfacción para poder inscribirlo y convertirlo, a través del registro pulsional en algo propio, y ello implica, además, delimitarlo, pues para el recién nacido no hay una delimitación entre el adentro y el afuera, se siente uno con el pecho y parece darle continuidad, psíquicamente, a la simbiosis de la vida intrauterina hasta que, mediante los indicios de realidad va pudiendo darse cuenta que el pecho no acude porque él tenga hambre o demanda de placer sino que éste, se conduce por una lógica que no parte de lo que él o ella como bebé demandan; es decir, la presencia constante e ininterrumpida del objeto. El objeto por el contrario, requiere de ser convocado o alarmado con el llanto, los gorjeos. Este requerimiento del objeto, le da indicios al bebé, que él no es el objeto que éste ni siquiera intuye, en muchas ocasiones, ni siquiera sus demandas mas acuciantes. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Reconocer el si mismo como organización psíquica y somática separada, es aquí darse cuenta que no se es autosuficiente como tanto se lo desea, que no puede valerse por si mismo por el sólo hecho de querer que ello se diera así, es darse cuenta que, el objeto que le satisface es, en un primer momento, algo por fuera de él, luego, es reconocer que el pecho no le pertenece, que es parte de un objeto mas completo que no es precisamente él y que todo con lo que se creyó, en comunidad, es en realidad el entorno que lo contiene como sujeto. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Por otro lado, hemos de tomar aquí en cuenta, para la delimitación orgánica y psíquica del bebé, el estadio del espejo como un planteo fundamental que nos aclara bastante el asunto, ya que según nos propone el Dr. Jacques Lacan, el bebé comienza a reconocerse a través del otro, y la imagen que en aquel percibe le sirve para construir la propia, aunque ya la presiente, de tal forma que la idea de una corporeidad y de una organización somática, la obtiene el infante no de manera espontánea sino por medio de las percepciones que tiene del contacto con la madre y cuidadores y que, el organismo toma forma corporal en lo que el otro también le refleja. Así pues, además de las sensaciones que el contacto con el objeto le propicia a través del tacto, a través del lenguaje gestual o verbal, de la imagen visual, de las huellas que dejan las satisfacciones, está asimismo, lo que aquel le otorga como parecido, como objeto otro en el cual reconocerse como semejante, y por sobre todo, la forma como el o los objetos han aprehendido también su cuerpo, como aceptan o no las tendencias pulsionales que tienen su asiento en el campo de lo orgánico. </span></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Al respecto, nada más pensemos en cómo las madres que han tomado la masturbación y toda auto estimulación como algo pecaminoso, le transmiten a sus hijas dicha posición, ya sea de manera implícita o sea de modo impositivo: están pendientes de cuando aquella se intenta tocar para reprenderle o de antemano le venden todo un discurso sobre lo sagrado del cuerpo y todas esas sandeces religiosas, luego, la niña ha crecido y es una adolescente y se siente extraña con las sensaciones que allí se producen, y se ve desbordada por una excitación que no controla. Empieza por creerse la peor entre los demás y continúa con el rechazo a su cuerpo, porque, si no tuviera eso no tendría que pecar, como decía alguien en la sesión analítica, quien además creía que el análisis le enseñaría como clausurar su clítoris y su vagina evitándole el sufrimiento que había experienciado hasta el momento, con las exigencias pulsionales del orden sexual, las que sin saberlo, si bien tienen asiento en lo somático no en particular en esos órganos. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Con esto retornamos a la posición en que no es posible un "si mismo", esta vez somático, sin un otro que lo propicie y que lo avale, otro que lo norme y lo restrinja, que lo refleje a la par que lo hace viable. En este sentido, tener cuerpo es haber pasado por una serie de experiencias, de vivencias y de contactos intesubjetivos que dan vigencia a la corporeidad ya para facilitarla o ya para restringirla. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Es ahora que podemos hablar sobre la represión, tenemos entonces, para ello, que pensar el asunto desde lo que propuso Freud como represión primaria y represión secundaria. Donde la primera, al enfrentar el sujeto las demandas pulsionales, toma las representaciones y las fija en el campo psíquico como proto-representaciones. Seria mediante la represión primaria que se fijan las representaciones que atraerán otras hacia lo inconsciente para formar los núcleos reprimidos, sin éstas no puede darse lo que es la represión en propiedad, o lo que se denomina en psicoanálisis represión secundaria, o segundo tiempo de la represión. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Tendríamos en la infancia temprana, la edad que va de los cero a los cinco o seis años, un periodo de familiarización del sujeto con sus demandas pulsionales, en el cual se adquieren las representaciones de las pulsiones, las que además, van cargadas de afectos variables por su intensidad, en el propio sujeto y de un sujeto a otro, por ejemplo, en alguien las representaciones orales tendrán un significado especial y serán más o menos atacadas psíquicamente, más o menos censuradas, mientras que las falicas no lo serán tanto; un sujeto estará centrado inconscientemente más en los placeres anales que otro. Estos ejemplos nos muestran también cómo ciertas partes del cuerpo, que se relacionan con los contenidos psíquicos, van a adquirir mayor o menor importancia para el sujeto según se organice la realidad interna o, lo que es lo mismo, según se estructure la vida psíquica, la que, dicho sea de paso, esta troquelada por las preferencias placientes inconscientes del sujeto y va a determinar la relación que cada uno mantenga con el cuerpo, dando paso así, a lo que la Doctora Francoise Doltó denominó, la imagen inconsciente del cuerpo</span><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn3" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[3]</a><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">, la que estará estructurada según el rechazo que el sujeto haga internamente de sus tendencias pulsionales, de esta forma. si se tienen arrinconados los contenidos de orden genital y el sujeto se define emocionalmente en relación a las representaciones del mismo, la imagen del cuerpo aparecerá en el inconsciente, por ejemplo, como un pene maltrecho, una vagina deforme, un útero estéril, entre otras, lo que aparecerá en la vida manifiesta como formaciones sintomáticas: dolencias somáticas como el dolor de cabeza y el vomito para el primer caso, una sensación de vacío y de ansiedad con consumo compulsivo de comidas y bebidas para el segundo caso, entre otras. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Lo reprimido inicial va a atraer los contenidos posteriores para dar origen a la represión secundaria, tras la cual aparecerá, para la percepción de si mismo, lo que también Doltó llamo esquema corporal, el que se relaciona con la idea que nos forjamos manifiestamente de ese cuerpo, en tanto lo reconocemos y aceptamos, una vez hechas todas las mutilaciones fantasmaticas del mismo y una vez adoptadas todas las inhibiciones y restricciones que nos imponemos en relación con el mismo. Es lo que aparece ya como cuerpo depurado de todo lo que es considerado como vulgar, sucio, impúdico o “perverso”. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> La relación con el otro también participa en el troquelado del cuerpo como campo fantasmático en el sentido de lo que abre ese otro, para el campo de las identificaciones, las contraidentificaciones, las reidentificaciones y las desidentificaciones. Partamos de que el yo que se forma a través de la identificación con el semejante, siendo definido como un cúmulo de identificaciones que cambian a lo largo de la vida y, a su vez, se mantienen en torno a un núcleo fundamental, cual es el de las identificaciones familiares infantiles. Ese yo, podemos dividirlo entre uno psíquico y un yo corporal</span><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn4" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[4]</a><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> que es, aquí, por una parte, como lo que es tomado en parte, de lo que cada uno percibe ser o resulta siendo, el cuerpo para quienes le rodean, sobre todo para los seres más cercanos como lo son los padres, hermanos y demás, y por otra, en especial, tomara de aquellos elementos de identificación en relación con la forma como aquellos vivan su cuerpo: se identificara con la salud o la enfermedad, las formas de aquellos llevar su cuerpo, es el caso del caminar, los cuidados corporales, entre otros, pero sobre todo, en la forma como cada quien lo reviste de energía psíquica o libido, en su aceptación o su rechazo, la forma como acepta las pulsiones que en el tienen su origen y asiento primero. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Las contraidentificaciones serian lo que el sujeto se dice en relación con ese otro de cómo es que no debe ser o no quiere ser. Se toma al semejante aquí, como un ejemplo de lo que el sujeto no acepta de si, viéndolo representado en aquel, o resultándose repugnante, inapropiado para la identidad que quiere construir para si y los otros. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Las reidentificaciones nos remiten a los procesos de la vida en donde el sujeto luego de haber abandonado una identificación, ésta es retomada, por lo general impuesta, como el retorno de una identificación reprimida, esa madre admirada en la infancia y luego tan criticada por enfermiza, esa madre repudiada en la rivalidad edípica, lo mismo que el padre, pueden reaparecer como un rasgo dominante o ya como un rasgo más de la personalidad adulta, es así como alguien que había abandonado la identificación con un ser cercano, la madre o el padre, por ejemplo, comienza a desarrollar a partir de cierta edad, los achaques y las enfermedades de aquel o aquella. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> El aspecto de las desidentificaciones, como ya el lector podrá advertirlo, se trata del abandono de identificaciones para tomar otras nuevas, lo que en relación a la salud y el cuerpo, es dejar las identificaciones respecto de alguien enfermo de la familia, para adoptar otras, como de alguien admirable o de quien entre a relevar los modelos de la infancia. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> A manera de conclusión de este primer ensayo, diremos entonces que, el cuerpo es un constructo que esta atravesado por los encuentros. Encuentros con las demandas pulsionales tempranas, con el otro como semejante a la vez que normador y quien pone en vigencia el cúmulo de estímulos y sensaciones que trae el amasijo inicial de órganos. Todo esto, bajo los aspectos represivos internos y normativos externos y, el cual, es parte de la formación de lo inconsciente, pero que, igual se ve moldeado por lo que el yo toma de la relación con los objetos para construir la identidad corporal. Un constructo que por supuesto, esta dado de manera muy particular para cada quien, que puede ser modificado en un análisis, pero que también, puede variar según las circunstancias y épocas de la vida, es decir, podrá oscilar según se incrementen o disminuyan las tensiones internas, según se den o no ciertas descargas pulsionales directas o indirectas y según se mueva el meridiano de las exigencias del mundo exterior. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ø ALI, Sami. Pensar Lo Somatico…… Buenos Aires: Paidós 1994. </span></span> <span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span></span><span style="font-size: x-small;"><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ø FREUD, Sigmund. Introducción al Narcisismo. En Obras completas. Barcelona: Biblioteca Nueva. 1.971. Tomo 2.</span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Ø . Inhibición Síntoma y Angustia En obras completas. Barcelona. Biblioteca Nueva. 3 T. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ø . El Compendio del psicoanálisis En obras completas. Barcelona. Biblioteca Nueva. 3 T. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ø NASIO, Juan D .(1998)Lecciones de introducción al psicoanalisis lacaniano </span></span> <span style="font-size: x-small;"><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ø PUJÓ, Mario. El Remedio O La Enfermedad. Publicado en poubellication Lacaneana No 4, Buenos Aires, 1993. </span></span> <span style="font-size: x-small;"><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ø . ROSAS S, Raúl. Capitalismo y enfermedad. México. Plaza y Valdés. 1.995. 277.p </span></span> <span style="font-size: x-small;"><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ø SOLMS, M; Tornbull, Oliver. El cerebro y el Mundo interior: neurociencia y mundo interno. Bogotá: Fondo de Cultura Económico, 2004. </span></span> <span style="font-size: x-small;"><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif; font-size: small;"><b>NOTAS PIÉ DE PÁGINA</b></span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref1" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[1]</a></span> <span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Siguiendo a Mario Pujó en su articulo el remedio o la enfermedad. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref2" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[2]</a></span> <span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Aunque algunas especies animales tienen una larga sujeción infantil y muestran una gran dependencia fisiológica y afectiva, como en el caso de los cetáceos, chimpancés, los bonobos, entre otros. Siendo estos últimos los que tienen una mayor similitud con la especie humana por la superación del estro, la búsqueda de placer en los juegos sexuales por fuera de la función reproductiva, el arranque bifásico de la función sexual (remitimos aquí al lector al texto Sombras De Antepasados Olvidados de Ann Druyan y Carl Sagan.) </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref3" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[3]</a></span> <span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> En un texto que lleva este mismo nombre. </span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref4" style="font-family: Verdana,sans-serif;">[4]</a></span> <span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Tomando esta bella expresión de Franz Alexander en su texto Psiquiatría Dinámica. </span></span></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"></div><div style="text-align: justify;"><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: right;"><i><span style="font-size: small;">Fernando Calle</span></i></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: right;"><i><span style="font-size: small;">psicoanalista</span></i></div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: right;"><i><span style="font-size: small;">2168484<br />
3207005917 </span></i> </div><div style="font-family: "Trebuchet MS",sans-serif; text-align: right;"><i><span style="font-size: small;">Medellín, febrero 29 de 2010</span></i></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> <a href="http://www.psikeba.com.ar/articulos/JGA_cuerpo.htm">DIBUJO</a></span></span><br />
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</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8610984186341653095.post-82181972987457881172010-02-24T23:06:00.000-05:002010-02-26T17:07:53.457-05:00psique ψύχω psycho<span style="font-size: x-small;"></span><br />
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S4Xo3wDdR2I/AAAAAAAAAmc/cvk-FQNe-Go/s1600-h/Psycheabduct.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img src="http://4.bp.blogspot.com/_sOSHPeyp3Ic/S4Xo3wDdR2I/AAAAAAAAAmc/cvk-FQNe-Go/s320/Psycheabduct.jpg" /></a></span></div><span style="font-size: x-small;"></span><br />
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><br />
Hoy, continuamos aquí, también por este medio, virtual, compartiendo nuestro recorrer en un discurso, el del psicoanálisis, discurso que nos ha tomado por su cuenta y hecho de nosotros, lo que hoy vamos siendo....<br />
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Humanos comprometidos con la vida, con lo humano, con las letras que nos acompañan y los sentidos que extraemos de ese saber oculto aunque presente, siempre, en todos: lo inconsciente.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Psique_%28mitolog%C3%ADa%29"><span style="font-size: x-small;">psique ψύχω psycho</span></a></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"></span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Estos términos dicen en griego y en español, lo mismo, aquel álito de vida del que nuestra tarea se ocupa en proteger.</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"> </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><br />
de ustedes,</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"> Fernando Calle</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"> Psicoanalista<br />
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</span> </div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><i style="color: #073763;"><span style="font-size: small;"><b>La Indiferencia Como Defensa Fallida </b></span></i><br />
</span><br />
<div style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><b> POR: Fernando Calle.</b></span></div></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><br />
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Cualquiera podría pensar la indiferencia como aquello que se halla en oposición al par amor-odio, sin embargo aquí queremos plantearla como fenómeno social y, referente a lo que sucede en sujetos y grupos sociales con relación a lo que acontece en algunos integrantes o a algunos colectivos, entonces no estamos hablando de la indiferencia, estado neutral, como aquello que no produce interés o motivación, aquello que no produce inclinación o aversión, sino como reacción emocional defensiva, esto es, una manera de situarnos frente a aquello en que nos vemos tan implicados que no encontramos otra salida. </span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
La indiferencia como reacción, en tanto implica al semejante, por lo menos un otro, es definible a manera de fenómeno social, diríamos una forma de reaccionar frente a un semejante o grupo social. Es por ello que requiere ser abordado como aquello que esta en el borde entre lo intra-psiquico y lo inter-psiquico, esto es, como lo que corresponde a las formas del vinculo social, vinculo que esta sostenido desde las conflictualidades particulares y propiciado y fomentado por formas de interacción social, formas de valorar y situar el grupo social, ciertas problemáticas. <br />
</span></div><div style="color: #0b5394; text-align: center;"><b><span style="font-size: x-small;"><i>"la indiferencia es una de las formas en que el sujeto responde a la presencia del otro semejante". </i> </span></b></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"> Es así como define El Diccionario de la Real Academia de la Lengua, el termino indiferencia. Lo que la perspectiva psicoanalítica nos permite preguntarnos es por las causas, lo móviles inconscientes y también manifiestos que inducen dicha actitud; los aspectos psico-sociales que la propician, tal vez la promueven y la fomentan. <br />
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Vamos a tratar de desglosar en este ensayo algo de lo que atañe a la psicología individual primero, para luego abordar algunos elementos que consideramos centrales en lo psico-social a la hora de abordar dicha problemática, aunque echemos algunos trazos de lo segundo al abordar lo primero. <br />
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Si nos atenemos a la definición anotada arriba de que sea la indiferencia una forma de responder del sujeto frente al semejante, de entrada hemos de preguntarnos por lo que se moviliza al interior del sujeto para que responda de tal manera específica, pues si ello se presenta, es gracias a una necesidad o necesidades de quien así actúa, necesidades que pueden ser psicológicas y/o psicosociales (léase psíquico y/o social, siempre en intersección). <br />
<br />
Si partimos, que hay en el semejante siempre algo de lo nuestro, aceptémoslo o no, reconozcámoslo o no, hemos de decir que hay en el otro algo nuestro que nos hace reaccionar en contra o a favor, nunca con indiferencia. Mas bien decimos que la indiferencia es una formula “protectora” frente a aquello que nos despierta angustia, impotencia por no poderlo cambiar de tal manera que, la indiferencia frente al otro es una forma de protegernos de la angustia que amenaza, en tanto hay una parte nuestra que se ve reflejada, lo que corresponde a aquello que se entrelaza en la tragedia y el malestar percibido en ese semejante, pero que hemos dejado de identificar en nosotros mismos, pues corresponde a lo reprimido, lo negado, lo denegado o forcluido; es decir, aquello que ha constituido para el sujeto lo que horroriza, repugna o aterra y ha quedado excluido, al menos de lo que se concibe como aceptable para el campo de la conciencia del implicado, apareciendo tan solo en lo que se llama formaciones del inconsciente, esto es, en síntomas, lapsus, sueños, pesadillas, parapraxias o haciendo efecto en el vinculo con el semejante. <br />
<br />
Hemos de repensar un poco la definición del diccionario respecto al concepto de indiferencia, pues, ésta se presenta también ante situaciones, propuestas o puntos de vista. una de esas situaciones tiene que ver con la indiferencia social, donde al sujeto parece no importarle lo que pasa con el semejante, en especial si se trata de una tragedia, un abuso de poder del cual es victima, una injusticia, entre otras. Así es común como en Colombia, los desaparecidos, los desplazados, parecen no importar a nadie, excepto a organismos defensores de derechos humanos o los mas cercanamente implicados. <br />
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En cuanto a las propuestas vemos como hay una tendencia a ignorar la particicpacion democrática en occidente… <br />
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Si bien <i>sin los paramilitares y las guerrillas la violencia de estos últimos 20 años no se hubiera producido</i>, <i>sin la indiferencia y a veces el consentimiento, participación y apoyo de los colombianos corrientes, estos fenómenos jamás hubieran podido alcanzar la magnitud que ahora tienen.</i> <i>La indiferencia ha sido la forma como el discurso social y político del resto del país ha participado durante gran parte de las etapas de este proceso arriba descritas. Aprovechando esta indiferencia del Otro político y social, en las últimas dos décadas ciertos sectores del poder, (entre ellos el mismo ejército) han buscado pactos con esos líderes empoderados con el fin de obtener el dominio en esos territorios para hacerse al control político, provecho y utilidad económico que tienen esas zonas por su ubicación y potencial estratégico. Se implementaron y ejecutaron una serie de acciones sistemáticas y coordinadas en el tiempo y en el espacio que se transformaron en la dinámica de la guerra por el dominio en esos territorios, enmascarados en planes de pacificación que finalmente pretendían preparar el terreno para viabilizar grandes proyectos económicos<a href="http://virtualia.eol.org.ar/018/template.asp?colombia/velasquez.html#notas">[6]</a>. Se configuraron ambientes de terror psicológico dirigido hacia la población civil, se conformaron grupos de "limpieza" y "escuadrones de la muerte" que realizaron una sistemática labor de exterminio de líderes y amedrentamiento de la población, y se infiltró toda la trama social y resquebrajándola hasta provocar finalmente la conminación al desplazamiento</i><a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn1">[1]</a>. <br />
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Lo que nos refiere Velasquez en este párrafo es toda una problemática de violencia que ha padecido el pueblo colombiano en manos del estado o sus derivados ,tentáculos de poder legal o ilegal, de grupos que han surgido de la anomia social mantenida y sustentada desde una dinámica social donde la impunidad y la injusticia que a todos los niveles ha sido mantenida, de manera deliberada, por el aparato judicial y económico. Basta no mas mirar las cifras de la impunidad en Colombia, las del crecimiento de la pobreza y el reparto de las riquezas de la nación para darnos cuenta que la referencia a la justicia del poder democrático en el país es un maquillaje, un revestimiento de quienes utilizan el estado y las organizaciones estatales para burlar los derechos de la mayoría de la población y para usufructo de sus propios intereses. <br />
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Las oligarquías que se han hecho con el poder han utilizado el sistema de judicial para mantener un dominio y un control sobre la mayoría de la población, pues ha sido una forma perversa de operar, donde lo que adquiere prioridad es la burla al derecho del semejante y la reivindicación del derecho individual, convirtiendo al otro, en objeto de manipulación amañada al deseo de quienes se arrogan el poder. El poder judicial se mantiene como un poder doblegado a las aspiraciones de un poder estatal corrupto, el cual es mantenido como remedo de semblante, de mascarada, donde la población criminógena juzgada y condenada es el rezago de la justicia plena, esto es, el remanente de lo que habría de ser la justicia eficaz: se invierten los porcentajes, del 7 al 10% de los delitos son juzgados<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn2">[2]</a>, lo que habría de ser el porcentaje de inoperatividad del aparato judicial solidificado. <br />
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Todo esto nos permite sopesar nuestro postulado central de este ensayo, cual es, que la inoperatividad de la justicia es mantenida para sojuzgar mejor a la población y mantenerla en un estado de postración psicologica, donde la indiferencia es una expresión de dicho estado. <br />
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Se supone que dentro de un sistema democrático ha de haber fluida comunicación entre los constituyentes y los dirigentes, de tal manera que estos se conviertan en verdaderos representantes de los intereses colectivos, dicha comunicación se rompe cuando habiendo interferencia en el flujo receptor-emisor se cierra la vía de dialogo. En el capitalismo en general suele suceder que los representantes democráticos sean cooptados por el capital, torciendo los intereses populares que dicen defender, los utilizan para el beneficio de una casta, un grupo económico, o algunos individuos. En Colombia, parece ser que dicha torción llega hasta el escamoteo de los derechos que consagra la constitución como fundamento del estado, donde las medidas antipopulares son disfrazadas de concesiones humanitarias, de reformas benéficas, de reivindicación de derechos de la población. Para muestra un botón, basta mirar las salidas por los diferentes medios del ministro de la (des)protección social y el propio presidente, justificando los decretos disque para contrarrestar lo que el mismo gobierno llamó la emergencia social en salud. <br />
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Nos dice <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Estanislao_Zuleta">Estanislao Zuleta</a> en su ensayo <i>la idealización en la vida personal y colectiva</i>, que la comunicación se interrumpe por dos formas particulares de paranoización: quien se siente perseguido y entra en profunda desconfianza con todo aquel con quien interactúa y quien se repliega evitando todo certero subyugamiento de parte del semejante …, dichas formas de paranoización pueden darse de parte del sujeto, pueden ser propiciadas y promovidas por el sistema de interacción social o pueden estar sostenidas en posiciones de doble vía. Cuando hablamos de una problemática social como la indiferencia en Colombia es necesario pensar en la tercera posibilidad, donde la paranoización de la sociedad nos lleva a unos a actuar con el semejante en constante y elevada desconfianza debido a la polarización politizada del país donde quien no está conmigo está contra mí y hay que eliminarle a como dé lugar para que quedemos “los buenos”, pues al fin y al cabo “somos más”, ideología que ha calado profundo en la concepción más generalizada del conflicto interno en el país y que ha sido promovida por quienes manejan el llamado cuarto poder, el de la información. Hasta los años 80 no hubo lugar para la conformación de formas de poder alternativo y luego, al surgir la <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_Patri%C3%B3tica_%28Colombia%29">UP</a> es enseguida exterminada, es que hasta ahora en este país sólo ha habido cabida para dos posiciones políticas, al menos en relación con poderes centrales ha habido solo espacio, para dos posiciones políticas: godos o liberales. <br />
<br />
De otro lado, estamos quienes no se inscriben en aquella posición polarizada, entre los cuales podemos contar al menos tres subtipos: quienes asumen una posición crítica bien fundamentada y buscan generar, participar o promover formas alternativas de poder, quienes han caído en la desesperanza al ver y sentir que no es suficiente ningún esfuerzo transformador y se resignan a vivir en situación de indiferencia, donde nada parece importar de lo que pasa con el semejante, con los destinos del país y de la sociedad, pues hagan lo que hagan será insuficiente, o peor, las cosas siguen empeorando y las reformas son apenas un maquillaje de la problemática. <br />
<br />
El tercer subtipo es el de tendencia hostil, misántropo, el cual aprovecha la situación social para saciar sus apetitos destructivos por interpuesta persona, esto es haciéndose representar o viéndose representado en los perpetradores, pero sin poder reconocer dichas tendencias o reconociéndolas sin pasar a la acción. <br />
<br />
Cae el segundo subtipo en el primer tipo de sujeto paranoizado que nos refiere Zuleta, el que se repliega en tanto tiene la certeza de que no va a haber posibilidad alguna de que se le reconozca el esfuerzo, que se reivindiquen los derechos y cambie la organización social con su inequidad y sus formas aberrantes de ejercer el poder. Dicho tipo de sujeto protesta contra el sistema dándole la espalda: “hagan ustedes lo que quieran que yo veré como sobrevivo”. Protesta al fin y al cabo ineficaz desde todo punto de vista ya que el verdugo se sirve de ella para continuar en sus andanadas, pues si no dicen nada al menos no son obstáculo para renunciar a sus propositos. <br />
<br />
El postulado que intentamos desarrollar a lo largo de este ensayo es que la indiferencia constituye fundamentalmente una defensa contra un tipo de angustia, la que llamo Freud, angustia social, la cual, hay que advertirlo, se sustenta desde las dinámicas internas del individuo, es decir que la angustia social se fundamenta en las reclamaciones que el sujeto se hace en relación con el semejante o el colectivo. Bien sea porque se sienta particularmente malo en sus fantasías y pensamientos, bien porque no encuentra la forma de transformar la realidad agobiante, es decir por impotencia, cuestión que se sustenta en la primera situación, pues el superyó aprovecha las debilidades del sujeto para atacarle, poniendo como evidencia de sus culpas la limitaciones, pues es como si le dijera: “¿se da cuenta? Es que eso pasa porque usted no merece nada, si fuera mejor sujeto la providencia o los demás reconocerían al instante su probidad, su honradez y la premiarían”. <br />
<br />
Suponemos así, detrás del indiferente de este orden, hay un sujeto responsable quien, a fuerza de auto-critica, resigna su posición al verse abrumado por ésta, pues privado de oportunidades y reducido en sus posibilidades se reclama acciones transformadoras y se hace responsable del mal colectivo, pero responsable en tanto sujeto culposo no como sujeto creador y artífice de cambios, en el sentido en que, al asumir la situación articule propuestas. Con el inconveniente que dicha culpa es una culpa negada y puesta en las victimas. Si llegase a reconocer sus culpas, podría delimitar entre lo que le toca y lo que no y tornaría a una posición de, como mínimo, reivindicación frente a si mismo, lo que le devuelve la dignidad. Postulamos que es la misma cobardía en que se sume el sujeto acusado por el superyó de los males sociales, lo que lo lleva a suponer que si no “cohonesta” con las acciones del verdugo, este le podría acusar del mismo modo como lo hace la instancia moral. <br />
<br />
Si tenemos en cuenta que el superyó se nutre de las ideologías y valores de cada sociedad y cada época, también hemos de decir que aquello que circula implícita o explicitamente en la forma de funcionar los estamentos sociales, permea al individuo y se convierte en posibilidad transformadora o tiranía sojuzgadora para el individuo y que si el sistema judicial no funciona o funciona tan pobremente como en la nación colombiana, ello trae consecuencias psíquicas para el sujeto, igual que las traería si fuera un sistema que funciona, pero en este caso, consecuencias positivas, pues si no se juzga y condena a los verdaderos culpables, se toman chivos expiatorios, esto es, se castiga sobre el inocente la falta del criminal o se distribuye la culpa. Pero sucede que en la vida psíquica se dan las dos cosas: se distribuyen las culpas en el colectivo y terminan pagando los mas vulnerables, aunque sean inocentes de acto. <br />
<br />
Si tomamos a la sociedad como un todo, integrado por sujetos que en su realidad inconsciente están interconectados al engranaje social, hemos de pensar que las formas de reaccionar o las posiciones adoptadas por cada integrante del colectivo están condicionadas por el rol que se le endilga y por lo que cada quien desde su imaginario puede ser su mejor parte para que el sistema social funcione. Así hay quienes asumen la culpa colectiva en calidad de víctimas propiciatorias, victimas de desastres, de inocentes inculpados. Los indiferentes juegan un papel entre victimas y victimarios, son en cierto sentido damnificados del reparto social de las culpas, pues no se asumen como perpetradores aunque con su silencio y su insensibilidad hacen como si no pasara nada, dan la espalda a las victimas, castigan cediéndole la razón implícita a los verdugos, pues como dice el premio nobel de paz del año 1986, escritor rumano <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Elie_Wiesel">Elie Wiesel,</a> la indiferencia mas que un pecado es un castigo<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn3">[3]</a>, a lo que podemos agregar que es un castigo dirigido contra quienes consideramos culpables. <br />
<br />
Tampoco se asumen como victimas ya que habiendo segregado las propias culpas y habiéndolas puesto en los otros, las verdaderas víctimas, están dispuestos a señalar al semejante, justo o inicuo, con tal de salvar su propio pellejo, con tal de escapar a la saña del verdugo. <br />
<br />
Ha de verse claro entonces, que no es que el indiferente no se sienta ya señalado en sus culpas por su propio superyó y puesto en entredicho por quienes detentan el poder, pues si los verdaderos culpables no aparecen y la justicia opera tan escasamente, en un país polarizado se es juez y verdugo o, se es objeto de inculpación. En tal sentido el indiferente no se atreve a castigar directamente, pero lo hace de modo implícito, se siente victima potencial en tanto se siente trasgresor pero es como si dijera: “a mi no me culpen, a otro perro con ese hueso”, “castiga para no ser castigado”. <br />
<br />
La indiferencia es un intento fallido de salirse del juego polarizado de culpables y verdugos, porque finalmente, el sujeto no puede crear nada nuevo a partir de ahí, pues, de un lado, la culpa es inhibitoria, de otro lado, la pulsión destructiva resuelve a su favor la situación, a través del rodeo transicional de la pulsión, no se asumen posición pasiva o activa sino que se realiza haciéndose representar en otros, pero cumpliendo el mismo propósito destructivo: castigar a quienes se siente como culpables y quedando toda victima en el papel de tal. Es muy corriente oír decir en nuestro medio social cuando alguien es asesinado, “algo debía”, “por algo será”. <br />
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Todo esto da cuenta de cómo el indiferente cree, que puede salirse del interjuego de juez-verdugos y culpables pero, queda atrapado en la sin salida de “hacerse el de la vista gorda”, y todo lo que logra es negar que está repartido, tiene un pie de un lado y otro pie del otro lado, quiere “escurrirle el bulto” a la tragedia colectiva y le da la espalda a la realidad, pero lo que hace finalmente, es evadir la responsabilidad de tener que transformar la realidad para perpetuarla, pues aquello que una generación no asume condena a la venidera, a repetirlo<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftn4">[4]</a>. <br />
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Sin embargo, la indiferencia es también un mandato de quienes detentan el poder, mandato que se impone a sangre y fuego, pues la protesta, el reclamo es como mínimo cargada con el anatema de terrorista, lo que es ya una sentencia de muerte en un país cundido de paramilitares y fuerzas armadas celosas del dogma de “la seguridad democrática”, lo que no es otra cosa que la gobernabilidad armada, no consensuada, aceptada por la comunidad que se siente dignamente representada. Es corriente oír decir en el común de la gente: para sobrevivir en este país Usted no ha visto nada, no conoce a nadie, como decía alguien jocosamente “yo no me doy cuenta de nada, siempre voy en la banca de atrás y regularmente estoy dormido”. <br />
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<span style="font-size: small;"><b>BIBLIOGRAFÍA. </b></span></span> <span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: small;"><b><br />
</b></span><br />
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<br />
ROMERO G., Camilo. (2004) Del Secuestro y Otras Muertes. Bogotá: intermedio. </span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
VELASQUEZ, Juan Fernando. La indiferencia como síntoma social. Dosier de psicoanálisis y criminología incluido en la revista virtualia no18 <a href="http://www.eol.org.ar/virtualia/018/template.asp">http://www.eol.org.ar/virtualia/018/template.asp</a> " <br />
<br />
WIESEL, Elie. Discurso pronunciado en la sede del Centro de Investigación y difusión de la cultura sefaradí (20/04/05). <a href="http://embafrancia-argentina.org/">Embafrancia-argentina.org</a></span> <span style="font-size: x-small;"><br />
<br />
ZULETA, Estanislao. Psicoanálisis y Criminología. Medellín: s.n. 1980 <br />
<br />
----------------------------. La idealización en la vida personal y colectiva. En La idealización en la vida personal y colectiva y otros ensayos, Bogotá: fundación Estanislao Zuleta, 2001.<br />
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<b><span style="font-size: small;"><br />
NOTAS PIE DE PÁGINA </span></b></span> <span style="font-size: x-small;"><br />
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<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref1">[1]</a></span> <span style="font-size: x-small;"> Juan Fernando Velasquez. La indiferencia como síntoma social <br />
<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref2">[2]</a></span> <span style="font-size: x-small;"> Véase Del Secuestro Y Otras Muertes de Camilo Romero <br />
<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref3">[3]</a></span> <span style="font-size: x-small;"> Citado por Juan Fernando Velasquez. op. Cit. Pg. 3. <br />
<a href="http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=8610984186341653095#_ftnref4">[4]</a></span> <span style="font-size: x-small;"> Esto lo propone Lloyd de Maus con relación a los padres, dice que aquello que no pueden superar los padres de su conflictualidad psíquica se lo hacen repetir a los hijos. Nosotros lo hacemos extensivo a lo colectivo en el sentido de que nuestro postulado es que cada generación ha de asumir su propia problemática para que las generaciones venideras no la repitan. Creemos que esta sea una de las causas de que no salgamos de la patria boba en Colombia, pues cada gobierno de turno trata de ocultar o ponerle maquillaje a las problemáticas de violencia y sus orígenes mas definitivos. </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><br />
</div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Fernando Calle</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">psicoanalista</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">2168484</span><br />
<span style="font-size: x-small;">3207005917 </span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;">Medellín, febrero 24 de 2010</span></div><div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;"><span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0